Venezuela es la resistencia
La Vinotinto del portugués José Peseiro se está anteponiendo a las adversidades en esta Copa América y van de menos a más con una gran capacidad competitiva.
La Vinotinto no ha dejado de recibir malas noticias desde antes del torneo. Algunos de sus mejores jugadores no estarían por lesiones, lo que sembraba dudas sobre el nivel que mostrarían. Y a esto, se unió un brote de COVID-19 en el que tanto jugadores como personal del equipo se vio involucrado con casos positivos del virus, debilitando más aún a la selección.
En primer lugar fueron las bajas de Salomón Rondón y Darwin Machís por lesiones. El coronavirus acentuó el peligro de conseguir hacer un buen papel en la Copa América, y frente a Colombia la lesión de Yangel Herrera (el centrocampista se alzaba como la figura del equipo) fue el colofón al conjunto de noticias negativas para Venezuela. No obstante, desde el inicio del torneo las sensaciones en vez de ir hacia abajo, han mejorado con el paso de los partidos. El combinado venezolano se ha ido reforzando poco a poco.
El tercer partido deja cuenta de ello. El empate 2-2 de manera in extremis ante Ecuador hace que miren con optimismo las cosas de cara a la siguiente fase. En el combinado de José Peseiro se están erigiendo ciertos nombres que sobre el terreno de juego están ofreciendo un buen rendimiento. Algo importante para una selección que se ha ido quedando "huérfana" de figuras con el paso de los días desde que se diera la convocatoria oficial.
Las cosas en el Grupo B están apretadas para obtener el cuarto puesto que da pase a la siguiente ronda. No obstante, ante la falta de ciertos jugadores, el sacrificio colectivo y que nombres como Wuilker Fariñez, Edson Castillo (en este último partido), Francisco Arisguieta (pese a no anotar) o José Martínez estén destacando acerca a Venezuela a algunos objetivos, y deja patente que hay luz más alla de la oscuridad. Porque en otras cosas no, pero la Vinotinto ante la adversidad está siendo campeona en orgullo.