Trae Young y Bogdanovic mandan callar a Philadelphia

 Atlanta soprende y gana el primer partido de semifinales a los Sixers. Los Hawks pasaron de dominar con claridad a sufrir para evitar la remonada.

José Ignacio Pinilla
As
De la carga de caballería a la placidez. De la placidez a la especulación. Y de la especulación al nerviosismo total. Estas fueron las tres fases que vivió Atlanta en Philadelphia para poder doblegar a los Sixers (124-128) en el primer partido de la semifinal de la Conferencia Este. Tres fases en tan solo 48 minutos, que corrieron muy rápido de arranque para los de Georgia cuando dominaron con contundencia a su rival con un Trae Young (35 puntos y 10 asistencias) soberbio y un gran acierto desde el perímetro, y que se hicieron eternos cuando los Sixers cercaron a su oponente: del 83-102 del inicio del último cuarto al 115-118 a falta de tan solo 22 segundos.

Atlanta se salvó… a pesar de que luchó con mucho ahínco para dejarse la vida en el Wells Fargo Center. Porque cuando mejor lo tenía, cuando más poder demostró, se dejó ir. Especuló con el resultado y el paso del tiempo. Sumó pérdidas y fatales errores en el peor momento posible. Y Philadelphia, claro, paso a paso, se acercó lo suficiente para amagar con golpear y dar un puñetazo que hubiera sido más que un triunfo tras estar 26 abajo en el marcador en el segundo cuarto (31-57).

Un triple de Bogdan Bogdanovic salvó del desastre a los Hawks. El serbio mandó callar al pabellón de los Sixers al igual que hizo Trae Young en el Madison Square Garden en la primera ronda de los playoffs. Contra New York Knicks, Atlanta pasó por 1-4. Veremos qué ocurre ahora, pero las sensaciones son buenas. Bastante buenas, a pesar del tropezón final.

Gran puesta en escena de Atlanta

Los de Nate McMillan marcaron territorio de arranque. Rápidos y eficaces, subían puntos al marcador de una manera frenética. Acabaron el primer cuarto con 42, mientras dejaban a su rival en 27 y la pregunta de qué había pasado. Trae Young mostró que continúa en un estado de forma excelso: fueron 12 puntos (2/4 en triples) y 5 asistencias en tan solo 9 minutos en cancha. Es más, de esa docena logró 8 en apenas un minuto. Atlanta rozaba la perfección en el primer cuarto con un 72% en tiros de campo, 6/12 desde el perímetro… mientras los Sixers acumulaban pérdidas (9) y solo reclutaban a Embiid para la causa. Al africano se le notó faltó de empuje por la pequeña rotura del menisco lateral de la rodilla derecha, pero no de eficacia: terminó con 39 puntos y 9 rebotes… y algo cojo.

Las distancias crecían (54-74 en el tercer cuarto). Ni Green ni Thybulle le ponían el cascabel a Young, pero no era solo él. Lou Williams tuvo una buena aparición y Clint Capela se la apañaba para recibir los pases aéreos de Young. Bogdanovic anotaba al igual Huerter: los aciertos de ambos de tres abortaban cualquier tipo de reacción de los Sixers. Okongwu lograba poner en apuros (algo) a Embiid. Era un trabajo colectivo muy bien puesto en práctica aunque verse tan arriba en el marcador y tan pronto llevó a marear la perdiz. Los Hawks no machacaron. Pensaron que la presa estaba muerta y dejaron de disparar… Sin embargo, esta se despertó cuando peor estaba y cerca, muy cerca estuvo de morder a su cazador. Una lección ¿aprendida?


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