POLONIA 1-ESLOVAQUIA 2 / Polonia se mete en un buen lío

Los polacos se quedaron con diez desde el minuto 62' de partido por expulsión de Krychowiak. Eslovaquia da un paso de gigante gracias a los goles de Szczesny, en propia puerta, y Skriniar.

Sergio Santos Chozas
As
Eslovaquia dio la sorpresa con una victoria ante Polonia absolutamente merecida. Encontró en Krychowiak a un amigo, porque el ex del Sevilla se autoexpulsó cuando mejor estaba su selección, pero en el global del encuentro fue mejor por una sencilla razón: los eslovacos saben a lo que juegan. El experimento de Paulo Sousa con Polonia no funciona. Quiere jugar bonito sin futbolistas con calidad para ello, algo que convierte a su selección en vulnerable atrás y mansa arriba. Busca hacer ecuaciones de tercer grado con un equipo al que le cuesta aprenderse la tabla de multiplicar, mientras que Eslovaquia es un conjunto muchísimo más limitado pero que conoce perfectamente sus defectos. Los maquilla a la vez que explota sus virtudes.

La primera parte mostró a un equipo perdido y a otro con las ideas claras. Sousa, en su intento de hacer de Polonia un equipo ofensivo, tuvo un ataque de entrenador: defensa de tres, como de costumbre, pero con un lateral reconvertido a central (Bereszynski) y un extremo a carrilero (Jozwiak). Perdió a ambos, porque el primero anduvo perdido y el segundo tímido para no descuidar la espalda. Por ahí llegó el tanto eslovaco en la primera parte. Mak retrató a Bereszynski primero con dos desbordes y después con un caño marca de la casa. Terminó la faena con un remate al palo que se coló en la portería tras rebotar en Szczesny.


Como los polacos están incómodos en este sistema su gran estrella, Lewandowski, acaba desquiciándose.
De hecho, sale del vestuario con exceso de revoluciones: en sólo cuatro minutos había disparado dos veces, en ambas ocasiones sin peligro y en posiciones que no eran de remate. Baja a recibir, ayuda en la construcción… Menos en su sitio (el área) estuvo en todas partes. Además, Sousa advirtió de algo en la previa: evitar las contras de Eslovaquia. Se le olvidó enseñarles la lección a sus futbolistas, porque las lanzaron cómo y cuando quisieron, liderados por un Hamsik que a sus 33 años dio un recital. A diferencia de su rival, los eslovacos lo hacen sencillo: dársela al bueno. Y el bueno es Hamsik. Las estadísticas del primer acto hablan por sí solas: 58% de posesión para Polonia y más remates para Eslovaquia (8-7). Dominio sin peligro de los de Sousa y oportunidad eslovaca cada vez que robaban.

Del descanso regresó mejor Polonia, que encontró premio en el primer minuto: una buena jugada de Klich terminó en gol de Linetty con un remate en semifallo. Ahí crecieron los polacos hasta que Krychowiak se autoexpulsó en el 62’ con una entrada innecesaria cuando ya tenía amarilla. Sólo siete minutos más tarde Skriniar, que estuvo imperial toda la tarde, hizo el gol de la victoria a la salida de un córner.

En los minutos finales Polonia lo intentó con uno menos sin inquietar en exceso a una Eslovaquia que tácticamente es muy disciplinada. Este resultado amenaza con apretar aún más un grupo que se intuía igualadísimo.

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