Mientras oculta el origen del coronavirus, Xi Jinping ordenó al Partido Comunista Chino a mejorar la “retórica” en los medios internacionales
El jefe del régimen chino se mostró preocupado por la imagen de China en el ámbito global. Es luego de las dudas generadas por el manejo del brote de COVID-19 en diciembre de 2019 y la falta de colaboración internacional
El mensaje de la máxima autoridad de Beijing llega en un momento inoportuno: se da mientras el mundo le exige que permita una investigación total, internacional y transparente sobre el Instituto de Virología de Wuhan, el laboratorio sospechado de poder haber sido el lugar donde se filtró el coronavirus SARS-CoV-2 que ya provocó la muerte de más de 3.5 millones de personas alrededor del mundo en un año.
Así, Xi Jinping matizó que el gigante asiático necesita “desarrollar su propia voz a escala internacional” para que esta concuerde con su “fuerza nacional y su estatus global”, tal y como ha informado la agencia de noticias Xinhua. Para ello, ha recalcado, es importante aumentar la propaganda, para que los “extranjeros puedan comprender al Partido Comunista Chino (PCC)” y la forma en que “lucha por la felicidad del pueblo chino”.
El PCC está preocupado no sólo por la imagen que irradió China en el último año por causa de la pandemia de COVID-19, sino también por las denuncias sobre sistemáticas violaciones a los derechos humanos en la región de Xinjiang, donde Beijing persigue a las minorías al extremo de confinarlas en campos de concentración y llevar adelante un “genocidio”, según países democráticos.
En este sentido, Xi Jinping afirmó que el país “necesita crear un equipo de profesionales y adoptar métodos precisos de comunicación para las diferentes regiones del mundo”. De acuerdo a la agencia estatal, para el jefe del régimen es necesario “acelerar la construcción del discurso chino y del sistema narrativo chino, crear nuevos conceptos, nuevas categorías y nuevas expresiones que integren China y países extranjeros, y mostrar historias chinas de manera más completa y clara y el poder ideológico y el poder espiritual detrás de esto”.
“Es necesario fortalecer la propaganda y la interpretación del Partido Comunista de China, ayudar a los extranjeros a darse cuenta de que el PCC realmente se esfuerza por la felicidad del pueblo chino, comprender por qué el PCC puede hacerlo, por qué se practica el marxismo y por qué el socialismo con características chinas es bueno”, remarcó Xi Jinping.
La relación entre el régimen chino y los medios de comunicación se ha vuelto cada vez más tensa durante los últimos años. Periódicos estatales como The Global Times es utilizado como herramienta para perseguir opositores y difamar periodistas extranjeros destinados en China. El medio responde al PCC y es una herramienta fundamental como portavoz de Beijing.
Varios periodistas que trabajan para medios estadounidenses fueron expulsados el año pasado a medida que se deterioraban las relaciones entre los dos países. Además, Beijing ha cancelado la licencia de la cadena británica BBC por sus informaciones sobre el origen de la pandemmia y la situación de los Derechos Humanos en la región de Xinjiang, en el noroeste del país.
Pero no sólo en los medios internacionales se centra la comunicación china: las embajadas tienen como misión ser también canales difusores de las actividades del régimen y responder ante cada crítica de manera desmesurada y amenazante. Es lo que se caracterizó como Diplomacia del Wolf Warrior y que Beijing implementa desde más de dos años.