Mayoritaria apuesta por los tres centrales en la Eurocopa

Trece selecciones han utilizado ya el sistema defensivo con carrileros

Enrique Ortego, El País

Una Eurocopa bastante previsible, hasta ahora, desde el punto de vista táctico. Ninguna selección ha mostrado un sistema innovador y las dos grandes líneas de trabajo han estado marcadas por la línea defensiva: 13 selecciones han utilizado al menos en uno de sus tres partidos una línea de tres o cinco defensores, según el equipo poseedor del balón, y 11 han sido fieles a la defensa de cuatro en todas sus apariciones.

El equilibrio general es evidente y se refleja hasta en las ocho selecciones eliminadas. Turquía y Eslovaquia siempre partieron con una línea de cuatro zagueros atrás. Finlandia, Hungría y Escocia apostaron por cinco jugadores en defensa con los laterales más o menos avanzados. Mientras que Rusia, Macedonia y Polonia alternaron en su disposición táctica según el encuentro y el rival.

Entre las selecciones catalogadas como grandes, entre las que se considera España, ha sido más común la ocupación de los espacios con una defensa de cuatro jugadores. Luis Enrique se ha mantenido fiel en sus tres partidos al 4-3-3 con matices de colocación dependiendo de los jugadores elegidos para cada cita. Por ejemplo, en los dos primeros partidos, los dos laterales, Marcos Llorente y Jordi Alba, actuaron más adelantados, partiendo casi siempre por delante de la línea divisoria. Mientras que, ante Eslovaquia, en la salida del balón Azpilicueta, teórico lateral derecho, se colocaba como tercer central a la altura de Eric García y Laporte. El otro lateral, Alba, por la izquierda, y un interior-extremo, Sarabia, por la derecha, daban la amplitud al equipo en las posiciones de ataque.

Los técnicos de Italia (4-3-3), Inglaterra y República Checa (4-2-3-1), Francia y Portugal (ambas selecciones han variado entre el 4-3-3 y el 4-2-3-1), Croacia y Ucrania (4-5-1) y Suecia (4-4-2) también han apostado por asentarse sobre la base más tradicional de los dos centrales y los dos laterales, pero han modificado su posicionamiento en las otras líneas, hasta llegar a alternarlo dependiendo de los encuentros e incluso sobre la marcha según las exigencias del marcador.

Bélgica, Alemania y Holanda son las grandes defensoras de la zaga de tres centrales con los laterales muy altos y alcanzando un gran protagonismo dentro de la organización colectiva. Mientras Roberto Martínez y Joachim Löw parten de un 3-4-3, Frank de Boer ha sorprendido con el 3-5-2, que tanta polémica ha suscitado en un país acuñado desde los tiempos de la naranja mecánica de Marinus Michels en el clásico 4-3-3. Suiza también utiliza este modelo ajustado al 3-4-1-2, donde la figura de Shaquiri en la media punta resulta vital en el funcionamiento colectivo.

Posesión y remates

Los distintos sistemas utilizados en los 36 partidos (94 goles) no han influido directamente en el apartado de las estadísticas más utilizadas. Las dos grandes tendencias se mezclan cuando los números entran en escena. Por ejemplo, Holanda (defensa de tres) lidera la tabla de goles (ocho), seguida por Italia, Bélgica y Portugal (siete) y Alemania y España (seis). Por el contrario, España (defensa de cuatro) está al mando de los equipos con más posesión del balón (68,7% de media), seguida de Alemania (61,3), Italia y Bélgica (57,7), Dinamarca (57,3) e Inglaterra (56,3).

Alemania es el equipo con más precisión en el pase, 89,7% de acierto (España es quinta con 89,3). Dinamarca es el conjunto que más ha rematado, 61 disparos en total (España, de nuevo quinta, con 45). Holanda es quien más recuperaciones suma, 155. En este apartado es donde el bloque de Luis Enrique muestra peores números, siendo decimoquinto con 112 balones robados.

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