La justicia declara culpable a un policía por la muerte del exfutbolista Atkinson
Un policía de 43 años, Benjamin Monk, había sido imputado por asesinato. Tras 18 horas de deliberación, los jueces de un tribunal de Birmingham (centro de Inglaterra) decidieron por unanimidad que era inocente de asesinato, pero culpable de homicidio involuntario.
El policía declaró que había tenido miedo cuando Atkinson sufrió una crisis de demencia, gritando amenazas de muerte y rompiendo una puerta de cristal cerca de la casa donde había pasado su infancia, en Telford, a unos 40 km de Birmingham.
En el juicio, la representante de la Fiscalía, Alexandra Healy, estimó que los hechos mostraban que el agente "no actuó bajo legítima defensa".
"Continuó apretando el botón (de la pistola) más de seis veces el tiempo de la fase de cinco segundos recomendada", añadió.
El antiguo deportista negro, que sufría graves problemas renales, recibió además dos patadas en la frente con la suficiente fuerza para que le quedaran las marcas de los lazos de los zapatos del policía, declaró la fiscal.
El agente de policía declaró que el antiguo futbolista intentó levantarse mientras le daba patadas en el hombro en legítima defensa como último recurso, tras haberse quedado sin cartuchos de 'Taser'.
Atkinson comenzó su carrera en el Ipswich Town, antes de darse a conocer con la camiseta del Sheffield Wednesday en 1989.
A continuación fichó por la Real Sociedad y luego regresó al Inglaterra, al Aston Villa. Marcó el primer gol del club en la Premier League, el 15 de agosto de 1992.
Luego jugó en el Fenerbahçe, en Arabia Saudita y en Corea del Sur.