Keiko Fujimori insistió en que hubo “fraude” en las elecciones en Perú
La candidata denunció que “hay hechos muy graves en esta última etapa” del conteo de votos, mientras el escrutinio avanza lentamente en su recta final, liderado por el izquierdista Pedro Castillo por unos 51.000 sufragios
“Hay fraude en la mesa, manipulación en mesa”, “hay hechos muy graves en esta última etapa” del conteo de votos, afirmó Fujimori en una reunión con la prensa extranjera, mientras sus opciones de ganar la segunda vuelta electoral parecen cada vez más reducidas.
“Voy a reconocer los resultados, pero hay que esperar el final”, prometió, insistiendo en que hubo irregularidades que habrían favorecido a su rival, un maestro de escuela rural de Cajamarca (norte).
“Aquí no hay [todavía] ganadores ni perdedores”, expresó Fujimori, quien aseguró que la “izquierda internacional está interviniendo” en los comicios en Perú, en alusión a los saludos a Castillo por su “victoria” de prominentes líderes latinoamericanos, entre ellos el mandatario argentino, Alberto Fernández, y el ex presidente brasileño Luis Inácio Lula da Silva.
“Se ha visto el saludo del presidente Fernández”, deploró la candidata, de 46 años y quien enfrenta su tercer ballotage.
“Si somos ganadores, espero que ellos [los de Castillo] se acerquen”, agregó la hija del encarcelado ex presidente Alberto Fujimori (1990-2000). “Vamos a tender puentes una vez que acabe el resultado”, subrayó.
La cruzada de Fujimori para anular miles de votos generó este viernes una tensión insólita cuando el Jurado Electoral le dio permiso para impugnar actas fuera de plazo, medida de la que luego se retractaron.
Después de que la mayoría de los recursos de Fujimori para anular votos no fueran presentados a tiempo, el máximo órgano electoral de Perú tenía intención de darle una prórroga extraordinaria, lo que desde el izquierdista partido Perú Libre, del que es candidato Castillo, fue calificado como “inconstitucional” y una “amenaza de golpe”.
“Hay una pretensión torpe de querer dar un golpe de Estado desde el Jurado Nacional de Elecciones”, aseguró en conferencia de prensa Dina Boluarte, la candidata a vicepresidente del izquierdista Castillo.
Por su parte, el abogado Aníbal Quiroga, asesor legal de Perú Libre, advirtió que, si se ampliaba el plazo, el JNE estaba “violando la Constitución y la ley, creando una tremenda inseguridad jurídica”.
“Le hace el juego así a la organización delictiva que ha participado en estas elecciones (el fujimorismo) y que no tendría ningún escrúpulo de llevar al país a la guerra civil para que sus intereses y privilegios no se vean afectados”, añadió Quiroga.
El jurado electoral bajo presión
Una gran presión popular surgió después de que se filtrara en medios nacionales la decisión del JNE, cuyo presidente Jorge Luis Salas, es amedrentado desde hace días por simpatizantes de Fujimori concentrados ante su vivienda para gritarle “terrorista”.
En principio los cuatro magistrados que forman parte del organismo habían planteado aceptar todos los recursos para anular actas presentadas por Fujimori (unos 800) y por Perú Libre (unos 50) hasta este viernes, después de que buena parte de ellos fueran presentados fuera del plazo estipulado por la normativa electoral.
En total son alrededor de 200.000 votos los que Fujimori pretendía anular, en su mayoría de zonas andinas y rurales donde Castillo tuvo un apoyo abrumador, tras denunciar sin pruebas fehacientes un supuesto “fraude sistemático” por parte de su rival.
A la denuncia de Fujimori se contrapone el informe emitido por la misión de observación electoral de la Organización de Estados Americanos (OEA), que no encontró graves irregularidades en los comicios pero instó a ambos candidatos a aguardar la resolución de todos los recursos en manos de los jurados electorales.
Críticas por pedir calma
Por si fuera poco, el presidente interino, Francisco Sagasti, admitió haberse comunicado con miembros de ambas candidaturas para solicitarles que rebajen la tensión y esperen los resultados del recuento porque “la tarea de un jefe de Estado es hacer que el país mantenga la serenidad y la calma en momentos difíciles y complejos”.
Sagasti confió en Mario Vargas Llosa para hacerle llegar su mensaje a Fujimori, lo que fue tomado por ella como una intromisión del actual gobernante.
“El presidente Sagasti no debe interferir en mi legítimo derecho a defender nuestros votos. Él tiene la obligación constitucional de ser imparcial y mantenerse al margen del proceso electoral”, manifestó Fujimori, que afronta una acusación de más de 30 años de cárcel por presunto lavado de dinero.
“El presidente no genera calma, todo lo contrario. La cancha no está pareja. Existen actores externos que están vulnerando la voluntad popular. Nosotros seguiremos defendiendo nuestro derecho voto a voto”, agregó.
No obstante, Álvaro Vargas Llosa, el hijo de Mario, insistió en una entrevista a la emisora RPP que la conversación entre Sagasti y su padre no tuvo nada indebido ni inconstitucional.
“Es perfectamente lógico que en este clima cualquier autoridad tenga la inclinación de actuar en diálogo con distintos personajes del país para poder paños fríos”, apuntó Vargas Llosa.