ITALIA 2-AUSTRIA 1 / Italia también sabe ganar al viejo estilo

La 'Azzurra' de Mancini derrotó a una heroica Austria en la prórroga gracias a los goles de Chiesa, Pessina y a un Spinazzola en versión Fabio Grosso.

Mirko Calemme
As
Italia vuelve a ganar, y eso no es noticia. Lo hizo por duodécima vez consecutiva y sumando 31 partidos sin perder, el mejor registro de toda su historia. La gran novedad es que esta Italia sabe triunfar también sufriendo, al viejo estilo. Austria fue heroica y mereció llegar a la prórroga, pero allí cayó ante la calidad de los revulsivos de Mancini, que conquistó un pase a los cuartos de final mucho más complicado de lo esperado.

La agresividad de los austriacos se confirmó enseguida. Los primeros en atacar fueron los de Foda con una gran llegada de Baumgartner, cuyo centro raso asustó a la Azzurra, que con el paso de los minutos tomó las riendas del juego, pero sin la eficacia habitual. El muro formado por los mediocentros Grillitsch y Schlager con los centrales Dragovic e Hinteregger, concedió poquísimo espacio a los de Mancini, que tocaban el balón sin encontrar casi nunca huecos. Su arma más efectiva volvió a ser las llegadas de Spinazzola, que creó una gran oportunidad para Barella, cuyo remate fue neutralizado con el pie por Bachmann. Ante la falta de soluciones, Immobile intentó romper el partido desde lejos, y su remate desde fuera del área, que golpeó el larguero, representó lo mejor que mostró Italia antes del descanso.

En la segunda mitad, por primera vez, aparecieron los limites de la Nazionale, sobre todo mentales. El miedo a perderlo todo restó tranquilidad a los italianos, que empezaron a desquiciarse. Fallaban pases fáciles, surgieron protestas cuando no tenía sentido y, agobiados como nunca, regalaban cada vez más espacio a los de Foda, que no lo aprovecharon por cuestión de centímetros. En el 65', Arnautovic cabeceó a la red un centro peinado por Alaba y celebró el tanto callando a la afición rival. Tras una larga revisión de la jugada, no obstante, el VAR canceló su alegría por fuera de juego. Era el mejor momento de Austria, que ya había rozado el gol con una falta de Alaba y, poco después, también pidió un penalti por un agarrón de Pessina a Lainer (otra jugada anulada por posición anti reglamentaria). Dejados atrás los sustos y el sufrimiento, Italia volvió sobre todo gracias a sus revulsivos. Locatelli, Pessina, Chiesa y Belotti tranquilizaron la medular y despertaron la delantera.

La Azzurra llegó al 90’ encerrando al rival en su área y Berardi, con una tijera sin puntería, desperdició el gol del triunfo. Los italianos empezaron la prórroga con el ímpetu que faltó durante todo el partido y abrieron la lata. Un Spinazzola ya en versión Fabio Grosso 2006, imparable y decisivo, encontró con un centro a Federico Chiesa, que controló el esférico con la cabeza y fulminó a Bachmann. Luego, además, los de Mancini alargaron su ventaja con Pessina, que finalizó una jugada colectiva a pase de Acerbi. Todo parecía encaminado hacia la fiesta tricolore, pero Kalajdzic, con un gran cabezazo en plancha en el 116', rompió la imbatibilidad de Donnarumma (la Azzurra llevaba más de 1143 minutos sin encajar goles, otro récord) y le dio emoción también a los últimos minutos de este partido inolvidable. Italia, esta vez, no se descompuso: hace tiempo que no sufría, pero, al parecer, ya aprendió a hacerlo. Para Mancini es una enorme noticia. Ninguna de las cuatro estrellas que lleva la Nazionale en su escudo se cosió sin sufrimiento.



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