Hugo Pizzi: “El que padeció COVID-19, si es vacunado queda con inmunidad permanente”
El epidemiólogo e infectólogo precisó en declaraciones radiales que los estudios sobre las vacunas nos dejaron varias respuestas, entre ellas que “no hemos tenido detalles de efectos indeseables”, causadas por la inoculación
El profesional de la salud añadió que si se coloca la segunda dosis, “se llega al 99,56% de la cobertura”. Y detalló: “en otro trabajo que se hizo se infiere que la persona que padeció la enfermedad por COVID-19, si es vacunada después de su recuperación, cuando ya está estable, armónica y generó anticuerpos, -y hay muchos estudios que lo avalan-, queda con inmunidad permanente”.
Según el experto, se trata de un hallazgo fundamental. En declaraciones al programa radial Las cosas como son, de Radio Con Vos, amplió: “Cuando una persona se enferma, lo que ingresa al organismo son millones y millones de partículas del virus entero, que el paciente puede ser que se muera o se recupere. Cuando se recupera produce una serie de anticuerpos que quedan en la médula, en distintos linfocitos y demás, esto es denominado recuerdo inmunológico y cuando a esa persona se la vacuna, se le aplica un fragmento, un trocito del virus, la ‘coronita’ o proteína S, y ahí el organismo pega un salto, reafirma el recuerdo inmunológico y los famosos linfocitos quedan siempre presos para identificar a ese mismo virus en el momento que sea, por siempre”.
Es por esto que “no es lo mismo si se tuvo o no la enfermedad. Lo que queda en el cuerpo es un recuerdo inmunológico y eso se reafirma cuando se vacuna”, puntualizó Pizzi. ¿Efectos negativos? “De las vacunas en general, no hemos tenido detalles de efectos indeseables. ¿Se ha muerto alguien vacunado? “De los que conozco, son dos, y las dos personas eran casos que no habían llegado a tener la inmunidad pero además tenías problemas previos de salud, como diabetes, cardiopatías. Estar vacunados es una tranquilidad importante”.
Según el experto en enfermedades infectocontagiosas, ha crecido el porcentaje de personas que ahora cree en la vacunación en general. “Cuando en septiembre 2020, muchas encuestas decían no a vacunarse. Ahora el 90% dice sí a vacunarse, el tema es cuando le preguntan si se vacunaría con cualquiera. Y ahí ya tienen sus cuidados. Siempre defendí la vacuna rusa”, resaltó.
En otro pasaje de la entrevista se refirió a la baja en la edad que se observa en unidades de cuidados intensivos. “Hoy estamos notando que en las terapias intensivas no está el grupo que más vidas se llevó el virus SARS-CoV-2, que serían los adultos mayores con comorbilidades. Hoy al entrar a cualquier UCI, llama poderosamente la atención que hay jóvenes atléticos internados con respirador, cosa que nunca habíamos visto antes”, alertó.
En relación a la complicada situación epidemiológica en la provincia de Córdoba, advirtió: “Estoy en Córdoba, pero acabo de volver de brindar asistencia en provincias vecinas que nos han pedido ayuda con derivaciones porque estaban colapsadas con la cantidad de camas críticas”. “Tenemos en nuestra provincia una infraestructura fundamentalmente por la Universidad Nacional de Córdoba, y por ejemplo contamos con mil camas más que Santa Fe”, precisó el profesional.
La persona que padeció la enfermedad por COVID-19, si es vacunada después de su recuperación, cuando ya está estable, armónica y generó anticuerpos,, queda con inmunidad permanente
En este sentido y a propósito del DNU que establece restricciones de movilidad y prohibición de reuniones sociales en gran parte de las jurisdicciones, resaltó: “en Córdoba se desactivaron 537 fiestas clandestinas, una de ellas con 640 personas, por lo tanto infiero que deben haber habido más de 3 mil en toda la provincia, hay gente que nunca nos ayudó”.
Ventajas de ser un paciente recuperado
Haber tenido COVID-19 reduciría hasta un 85% el riesgo de reinfección durante al menos 10 meses. Así lo exponen científicos británicos en un nuevo estudio publicado en The Lancet luego de estudiar a más de 2.000 personas que residían y trabajaban en geriátricos de Reino Unido.
Para alcanzar esa conclusión, científicos del University College London (UCL) han analizado los patrones de contagio entre más de 2.000 personas que vivían o trabajaban en residencias de ancianos de Inglaterra entre octubre de 2020 y febrero de 2021. Los residentes que habían superado la enfermedad en los últimos diez meses mostraron un 85% menos de posibilidades de volverse a infectar durante el período estudiado, mientras que entre los empleados la reducción del riesgo fue del 60%.
Los investigadores apuntan que esto mostraba una fuerte protección en ambos grupos, pero advirtieron que los dos porcentajes pueden no ser directamente comparables, ya que el personal puede haber accedido a las pruebas fuera de la residencia, lo que hace que las pruebas positivas no se incluyan en el estudio. Además, los residentes que dieron positivo en las pruebas de anticuerpos probablemente representaban un grupo especialmente robusto, ya que habían sobrevivido a la primera oleada.
Los autores del estudio “Vivaldi” creen que esos datos demuestran que superar la enfermedad ofrece una “sólida protección” y subrayan que el mayor riesgo de reinfección entre los trabajadores de residencias puede deberse a que algunos de ellos habían dado positivo en pruebas que no fueron registradas en el estudio.
“Es una muy buena noticia que la infección natural proteja contra la reinfección en este período de tiempo. El riesgo de infectarse dos veces parece ser muy bajo. El hecho de que la infección previa por COVID-19 ofrezca un alto nivel de protección a los residentes en residencias de ancianos también es tranquilizador, dada la preocupación anterior de que estas personas podrían tener respuestas inmunitarias menos robustas asociadas al aumento de la edad. Estos resultados son especialmente importantes, ya que este grupo vulnerable no ha sido objeto de muchas investigaciones”, señaló en un comunicado de su universidad Maria Krutikov, autora principal del trabajo.
Para este estudio científico, los investigadores reclutaron a 682 personas con una media de edad de 86 años, y 1.429 empleados de 100 residencias geriátricas de Inglaterra. Todos ellos se sometieron a pruebas sanguíneas de anticuerpos en junio y julio del año pasado. En torno a un tercio de ellos mostraron anticuerpos relacionados con el coronavirus, lo que sugiere que habían tenido la enfermedad con anterioridad.