Estados Unidos firmó un acuerdo para comprar millones de lotes de una píldora contra el COVID-19

El trato con el laboratorio Merck está sujeto a la aprobación por parte de la FDA del uso de emergencia del medicamento molnupiravir, que se encuentra en fase 3 de un ensayo clínico global

El acuerdo por 1.200 millones de dólares es para el medicamento molnupiravir, actualmente en fase 3 de ensayo clínico global entre 1.850 personas, con resultados esperados para el otoño boreal.

“Este acuerdo es parte del enfoque de todo el gobierno de Biden para desarrollar nuevos tratamientos COVID-19 y responder a las necesidades de salud pública”, dijo el Departamento de Salud y Servicios Humanos.

Estados Unidos solo completará el trato si molnupiravir recibe una autorización de uso de emergencia o la aprobación total por parte de la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) sobre su potencial a la hora de reducir el riesgo de hospitalización o muerte.

Molnupiravir, un antiviral que se encuentra en fase 3 de los ansayos clínicos
Molnupiravir, un antiviral que se encuentra en fase 3 de los ansayos clínicos

Rob Davis, presidente de Merck, señaló que la compañía “se complace en colaborar con el gobierno de Estados Unidos en este nuevo acuerdo que brindará a los estadounidenses con COVID-19 acceso al molnupiravir”.

El laboratorio espera tener disponibles más de 10 millones lotes para cinco días de tratamiento para fines de 2021.

El fármaco se administra por vía oral en forma de cápsulas cada 12 horas durante 5 días y un curso de tratamiento contiene 10 dosis en total.

El molnupiravir, que Merck desarrolla en asociación con Ridgeback Biotherapeutics, es uno de varios antivirales orales en investigación que se están probando contra el covid-19.

Vista de una sede de la Administración de Alimentos y Fármacos de Estados Unidos (FDA, en inglés), en Silver Spring, Maryland (Foto:  EFE/Michael Reynolds/Archivo)
Vista de una sede de la Administración de Alimentos y Fármacos de Estados Unidos (FDA, en inglés), en Silver Spring, Maryland (Foto: EFE/Michael Reynolds/Archivo)

La droga pertenece a un tipo de antivirales llamados inhibidores de la polimerasa, que actúan sobre una enzima que los virus necesitan para copiar su material genético al introducir mutaciones que los incapacitan para replicarse.

También ha demostrado eficacia en estudios de laboratorio contra otros virus como los de la influenza, el ébola y la encefalitis equina venezolana, pero no ha sido autorizado ni aprobado para ninguna de estas enfermedades.

Pero hallar medicamentos antivirales efectivos fue siempre un desafío para la ciencia. La causa radica en que los virus son mucho más diversos que las bacterias, incluso en la forma en la que almacenan su información genética, algunos en forma de ADN y otros como ARN como el SARS-CoV-2.

También se identificaron objetivos farmacológicos prometedores de los coronavirus, pero desarrollar nuevos medicamentos lleva mucho tiempo y -como se vio en la pandemia- los virus mutan rápidamente, lo que podría ocasionar que cuando se desarrolla un medicamento, el virus en constante evolución pronto podría desarrollar resistencia a él.

El laboratorio Merck en New Jersey. REUTERS/Brendan McDermid
El laboratorio Merck en New Jersey. REUTERS/Brendan McDermid

Merck ha decidido centrarse en sus medicamentos para la enfermedad COVID-19 después de que dos vacunas no generaran las respuestas inmunitarias deseadas, lo que le llevó a abandonar dichos programas en enero.

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