El Madrid presiona a Varane
El club desliza que si no atiende a la oferta de renovación cuenta con su venta. El jugador, según ha podido saber AS, no ha decidido su futuro aún.
Ya desde hace algunos meses el Real Madrid barruntaba una más que posible salida de Varane, que termina contrato en 2022. El jugador y sus representantes se habían negado a sentarse a negociar la renovación por dos motivos. Por un lado, porque saben que es el último gran contrato como profesional que firmará el central campeón del mundo y querían que fuera al alza. Y eso, en estos momentos de pandemia, es casi imposible. Por otro lado, porque entendían que había casos más urgentes como los de Modric, Lucas Vázquez o Ramos, que terminaban contrato ahora, y no en 2022 como él.
Se habla como posibles destinos de Varane sobre todo el Manchester United, pero también el PSG (al que Ramos, según reveló AS, se ha ofrecido en las últimas horas). El central francés es uno de los jugadores de la plantilla con mejor valor de mercado. De hecho, es al que la web especializada Transfermarkt tasa más alto, 70 millones de euros, junto a Casemiro. Tras ellos, Fede Valverde costaría 65 millones y Courtois, 60.
La realidad es que la salida de Ramos afecta directamente a la situación de Varane con el Real Madrid. Si antes estaba muy cerca de salir, ahora, todo está en el aire. Como también es cierto que su situación no es la de Ramos. Tiene contrato hasta 2022 y, de no renovar, un año más asegurado para después irse libre. El Madrid lo sabe y ya desliza que si no acepta esa oferta entiende que no quiere firmar un nuevo contrato con el Madrid… como sucedió con Ramos, aunque todavía no se ha utilizado la expresión “fecha de caducidad”.
El Madrid aspira a sacar una buena tajada por el central o a renovarlo, las dos opciones son buenas, pues tener a un hombre de su jerarquía en la defensa también es imprescindible. Con todo, tiene las espaldas cubiertas. Si se queda, un problema menos. Si se va, tendría esa demarcación cubierta con Alaba, Militao, Nacho y Vallejo. Con todos estos elementos, es una evidencia que la guerra fría entre Madrid y Varane ya ha comenzado.