EEUU ya aplicó más de 300 millones de dosis pero Joe Biden advirtió que la variante Delta “hará daño” si se ralentiza la vacunación
El presidente estadounidense celebró la marca alcanzada días atrás, pero el objetivo de llegar al Día de la Independencia con el 70% de los adultos inmunizados parece improbable
En ese sentido, el presidente estadounidense advirtió que la variante delta del coronavirus hará “mucho daño” en algunas zonas de su país si no avanza pronto la campaña de vacunación, que se ha ralentizado en las últimas semanas. “No llegaremos a tener que confinar nada, pero en algunas áreas hará mucho daño”, dijo Biden en declaraciones a la prensa en la Casa Blanca.
La referencia del mandatario es con respecto a que el ritmo de vacunación se ha ralentizado en las últimas semanas, y es muy improbable que se cumpla el objetivo marcado por Biden para avanzar hacia una nueva normalidad. El mandatario quería que el 70% de los adultos del país recibieran al menos una dosis para el 4 de julio, y esa proporción se sitúa ahora en el 65%, sin avanzar demasiado de un día para otro, según los CDC.
En tanto, los expertos estadounidenses están pendientes de la evolución de la variante Delta en territorio norteamericano. Esa variante, identificada por primera vez en la India y más contagiosa, supone ya el 10 % de todos los casos de covid-19 detectados en Estados Unidos, indicaron esta semana los Centros de Control y Prevención de Enfermedades del país (CDC, por sus siglas en inglés).
Aunque esa proporción todavía es pequeña, a las autoridades sanitarias les preocupa mucho que se repita la situación del Reino Unido, donde la variante delta ya es la prevalente y ha retrasado los planes de reapertura de ese país.
“Esta nueva variante hará que la gente que no esté vacunada esté todavía más vulnerable de lo que estaban hace un mes”, subrayó Biden. Agregó que esa variante es “potencialmente más mortal” que otras y “particularmente peligrosa para los jóvenes”, algo que le preocupa “seriamente”.
Por eso, rogó a quienes no lo han hecho aún que se “vacunen por completo”, con dos dosis en el caso de las vacunas que lo requieren, para que el país pueda “celebrar la independencia del virus” cuanto antes.
Con el objetivo de acelerar la campaña de vacunación, la vicepresidenta Kamala Harris visitó este viernes la ciudad de Atlanta (Georgia) para tratar de convencer a los más escépticos de dar el paso, dentro de una campaña que dura todo el mes de junio. En ese contexto, el Gobierno de Biden promocionó todo tipo de ofertas de distintas empresas, que recompensan a los estadounidenses vacunados con entregas de comida gratis, boletos para el béisbol o cerveza.
Aunque el ritmo de vacunación descendió en mayo, en la última semana ha aumentado el 17%, con una media de 1,33 millones de dosis administradas al día, según los cálculos del diario The Washington Post. Y aunque a las autoridades sanitarias les preocupa la expansión de variantes como la Delta, de origen indio, los datos en Estados Unidos siguen siendo halagüeños: la última media semanal de casos de COVID-19 es de 13.997, 6% menos que la semana anterior y 94,4% menos que en enero, de acuerdo con los CDC.
De todos modos, Estados Unidos superó este martes los 600.000 muertos por COVID-19, según el recuento independiente de la Universidad Johns Hopkins. Al referirse al “triste hito”, Biden instó una vez más a los estadounidenses a vacunarse: “Todavía se están perdiendo demasiadas vidas”, dijo el presidente.
“Tenemos más trabajo por hacer para combatir este virus. Y ahora no es el momento de bajar la guardia. Por favor, vacúnese lo antes posible”, pidió el mandatario demócrata.
La campaña de vacunación presenta además una gran disparidad por regiones: mientras que estados como Massachusetts, Connecticut y Nueva Jersey tienen ya a más de dos tercios de su población completamente vacunada, otros como Alabama, Georgia y Luisiana solo han inmunizado por completo a poco más de un tercio. El problema es que hay un porcentaje nada desdeñable de la población estadounidense que se muestra reticente a vacunarse, más allá de los incentivos, las campañas y los evidentes beneficios de las vacunas.