Drummond y Gasol, la duda de Schröder... Reajuste en los Lakers
Tras la tempranera eliminación de los Lakers en primera ronda, momento para pensar en lo que ocurrirá el próximo año y cómo se afrontará el verano.
Dennis Schröder es uno de los que ya está tomando posiciones. En su caso, para valorar sus opciones en verano. No ha renovado. Varios periodistas de Estados Unidos confirmaron hace un par de meses que los Lakers le habían extendido una oferta para los próximos cuatro años por encima de los 80 millones de dólares y él la había rechazado. Pero el alemán fue más allá. Irá al mercado de agentes libres con actitud, pidiendo el dinero o algo más de los que los Lakers no le han dado. En su cuenta de Instagram confirmó en su día que esperará hasta verano para firmar algo y, justo antes del partido de eliminación contra los Suns, se quitó de su biografía la referencias a su equipo en lo que algunos entendieron como un gesto de poca profesionalidad. Su llegada desde los Thunder fue muy positiva el pasado invierno, siendo el movimiento más importante entre temporada y temporada, y establecía un precedente: se quería dar más importancia a la figura del base sabiendo que Rajon Rondo no iba a seguir, ya que al que se envió a otro lugar fue al experto tirador Danny Green. Si el jugador europeo quiere ganar más dinero, complicado que lo pueda lograr en Los Ángeles. Candidatos va a haber a partir de agosto. Entre los de alto nivel, Mike Conley, Kyle Lowry (que ya estuvo a punto de aterrizar en la franquicia el pasado marzo) o, si prefiere ir a por el Anillo con su amigo LeBron antes que ir a por un contrato megamillonario que se ha ganado con creces, Chris Paul. Para el banquillo parecen buenas opciones Caruso y Horton-Tucker, para jugar los minutos importantes en los playoffs hace falta un punto más.
Andre Drummond es otra de las patas importantes de esta mesa. El pívot está recién aterrizado en la franquicia y ya se habla de una posible renovación. Suena extraño, pero Frank Vogel ya ha hablado en esos términos. Para esta temporada entra dentro de la lógica que un jugador que estaba cobrando 27,9 millones en Cleveland perdone dinero y tenga como objetivo ganar el título firmando por sólo 800.000 dólares. Es parte de esa nueva tendencia de los aspirantes a llevarse el Anillo al dedo. Pero será ser libre en verano. Y ahí entra en juego, ahí sí, el acople a la plantilla para ver si le compensa seguir por mucho menos dinero o si debe seguir rascando buenos contratos en otros lares. Su actuación en los últimos partidos ha sido desastrosa y en el último, pese a haber confiado en él, Vogel le dejó en cero minutos. Las dos partes, con mucho que decir. Davis y Harrell tienen contrato, pero el desplazado Marc Gasol también. El puesto del español está en peligro y, aun cobrando poco, podría pedir un cambio si ve que Drummond se queda (y si Harrell, que ha acabado muy cabreado por su poca presencia en la cancha, también) y sus opciones de jugar se reducen más. Drummond puede optar por un contrato corto, apoyándose en formulaciones contractuales como la mid-level exception o los early Bird rights, pero a poco que la cantidad para la siguiente campaña se acerque a los 10 millones habrá que hacer reajustes. Pelinka tiene mucha tela por cortar ahí.
Hay jugadores que van paso a paso, sobre todo los veteranos. Markieff Morris y Wesley Matthews son buenos ejemplos. Ambos, junto al ahora lesionado Jared Dudley, firman año a año para mantenerse en lo alto. Pero con sus acuerdos, con el dinero en el que se mueven, los Lakers no recortan nada si quieren varias de estrategia y acumularlo en un acuerdo con otros jugadores. Alex Caruso y Talen Horton-Tucker podrían subir de nivel, pero no demasiado. Las miradas se centran en Kyle Kuzma, que ha intentado asumir bien su papel en esta 2020/21 pero no lo ha conseguido y justo este verano salta de cobrar tres a trece millones, y Kentavious Caldwell-Pope, experimentado, potente para contener en defensa y lanzar desde fuera en ataque pero criticado por no dar más ante las duras bajas de LeBron y Davis.
A nadie se le escapa que, pese a ser eliminados en primera ronda y que LeBron James haya visto esas palabras hechas realidad en sus carnes por primera vez, son eso: el equipo de LeBron James, Los Ángeles Lakers. La capacidad de convicción que tienen, pese al traspié, es grande. Serán uno de los favoritos el año que viene una vez más. Las lesiones en momentos muy señalados han actuado como excusa y el mercado, que iba a ser una bomba hasta que los principales activos renovaron en invierno, tendrá elementos de perfil medio que, si se hace hueco con Schröder, Drummond o ambos, pueden caer en el Staples cuando se abran las hostilidades.