Al Real Madrid le preocupa la resignación de Hazard

El belga empieza a asumir públicamente que su tobillo multioperado nunca va ser "el de antes". El club ve cada día más difícil traer de vuelta al Hazard del Chelsea... y su contrato es una losa.

Carlos Forjanes
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El tobillo derecho de Eden Hazard sigue siendo una cuestión de Estado en el Real Madrid incluso desde la distancia de la Eurocopa. Bélgica es un bálsamo para la estrella blanca y probablemente por eso se siente más liberado, hasta el punto de admitir que su multioperada articulación le impedirá recuperar su mejor versión del pasado. "Me rompí el tobillo tres veces, nunca seré el de antes", admitió el pasado domingo en público el propio 7 madridista. Una suerte de resignación a no ser el Hazard del Chelsea que ahonda en la preocupación del Real Madrid. El actual Hazard es 'incolocable' en el mercado sin asumir enormes pérdidas en relación a lo pagado por él hace dos años y su contrato, por años y cuantía económica, es una losa para la economía de la entidad blanca.


La esperanza en Chamartín venía siendo la recuperación de Hazard desde un plano mental a la par que el físico. Por ese motivo se le permitió que la última rehabilitación la hiciera con los médicos de la selección belga, con los que se siente más seguro. Hazard tendrá que deconstruirse para reinventarse. En especial si llega Mbappé en 2022. Hazard viene desenvolviéndose en la misma banda que el crack francés, la izquierda, por lo que tendría que reubicarse, presumiblemente de mediapunta o segundo delantero. Con menos metros de césped que tener que recorrer driblando o en conducciones largas.

Los números de Eden Hazard en las tres últimas temporadas: desde que salió del Chelsea se han desplomado. 

Hazard viene insistiendo en que estará al cien por cien (de su versión actual) en el cruce de octavos y Roberto Martínez le ha dado libertad plena. Incluso dándole la titularidad en el partido de este pasado lunes con Finlandia. Con todo, sigue dejando dudas. "Está lejos de su mejor versión", analizaba Fernando Morientes durante la retransmisión televisiva en Telecinco. "Hay que ver si se atreve y qué sensaciones tiene". Ese concepto, las sensaciones, es lo que trae de cabeza al Madrid. Porque es lo mismo que lleva pasando desde hace varios años con Gareth Bale, otro acosado por las lesiones. Zidane le dijo a Eden tras la última recaída que la última palabra en cuando, cómo y cuánto jugaría la tendría él mismo en función de los inputs que le ofreciera el tobillo. Lo mismo que Bale con sus gemelos. Tampoco ayuda que el propio Hazard se sienta perseguido. "Van de cacería a por mí", se quejó tras el duro 1-4 en Los Cármenes a mediados de mayo. Contra Finlandia, se hizo daño al tropezarse él solo cuando iba a rematar a la portería finesa, esta vez en el pie izquierdo. Cada vez que Hazard cae y no se levanta, en el Madrid dan un respingo.

Bajo sospecha

El resultado es que Hazard vive en el Madrid en un limbo extraño, ha cumplido 30 años y aún le quedan tres años más de contrato, a razón de 30 millones de euros brutos por curso. A eso hay que sumarle las cifras en variables que se van acumulando a los 100 millones fijos que pagó el club madridista al Chelsea. Con un tobillo puesto bajo sospecha por el propio Hazard, parece complicado atraer a posibles compradores para asumir el traspaso de un futbolista que no llega a jugar el 30 por ciento de los minutos posibles con su actual camiseta. Aquella durísima patada de Meunier sigue retumbando en el Real Madrid.

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