Sosa héroe y el Rojo a semifinales

Independiente aguantó 32 minutos con un hombre menos y se impuso a Estudiantes por penales con un Sosa que se convirtió en héroe al tapar dos. Los de Avellaneda avanzaron y Falcioni emocionó a todos con su llanto.

Olé

Eriza la piel. La imagen impacta. El llanto de Julio César Falcioni es desconsolado. Sus lágrimas riegan el césped de la cancha de Estudiantes mientras el técnico mira hacia arriba. Sebastián Sosa acaba de desatar la fiesta atajando dos penales que, por el contexto, quedarán grabados a fuego en la memoria de los hinchas de Independiente. Atrás quedó un partido en el que el Rojo tuvo que aguantar 32 minutos con un hombre menos por la injusta expulsión de Thomas Ortega. No importa cómo fue el desarrollo de un encuentro en el que los de Avellaneda, por cierto, fueron un poco más que el rival. La historia, el foco, esta vez pasa por otro lado. El Emperador clava los ojos en el cielo azul de La Plata y llora sin parar. Llora y emociona. Llora y conmueve a todo el mundo del fútbol. Porque ahí arriba, en algún lugar, está su esposa Ada Adela Palka, quien falleció el miércoles luego de transitar una dolorosa enfermedad que la tuvo sumida en un calvario que se extendió por varios meses.


Es un plantel conmovido el que se desahoga en la cancha del Pincha. Un grupo humano que tuvo que lidiar con muchos contratiempos para llegar las semifinales de la Copa de la Liga. Un equipo al que le pasó de todo. Porque en el camino hubo 17 futbolistas infectados por coronavirus, una enfermedad que llevó a que el conjunto de Avellaneda sea dirigido por cuatro entrenadores en dos semanas: además de Falcioni también estuvieron al frente Omar Piccoli, Pedro Monzón y hasta el entrenador de arqueros César Velázquez. El Rojo, que sufrió un calendario brutal entre la Sudamericana y el torneo local, que llegó a dormir en el piso del aeropuerto de Bahía, que vio como Mauro Vigliano sancionó un penal inexistente para Racing en la agonía del clásico (0-1), esta vez celebra. Y los festejos son una explosión. Un estallido que comienza en el campo de juego y se traslada de inmediato a las entrañas del estadio, a los pasillos y al vestuario, donde todos quieren abrazarse con Julio. Los golpes templaron el alma de un conjunto que encuentra en el banco la imagen de la resiliencia, con un entrenador que supo superar un cáncer, que ahora afronta la pérdida de su compañera de vida y que decidió estar al lado de la pelota en la semana más difícil de todas.

Hace rato que en Independiente no llegaba a una instancia tan importante, Y hace mucho también que no se veía a un grupo tan unido, con lazos tan estrechos como los que supo forjar Falcioni. La carga emocional y simbólica de la victoria en los penales es tan grande que el desarrollo del partido queda indefectiblemente relegado un segundo plano. Independiente fue el que más propuso ante un adversario que encontró en los centros su única arma para tratar de generar peligro. Sebastián Palacios y Alan Velasco trataron de construir fútbol rotando posiciones para no darles referencias a los marcadores. Silvio Romero salió del área para integrarse al circuito de gestación cuando la pelota no le llegaba. Así, el Rojo buscó arrimarse, pero le costó entrarle a un adversario sólido. Como contrapartida, Independiente sufrió cuando Leandro Godoy y Ángel González por la derecha del ataque del Pincha, y Nicolás Pasquini y Lucas Rodríguez por la izquierda, encararon a Fabricio Bustos y Thomas Ortega haciéndoles el dos contra uno. Sin embargo, la de este Independiente parece ser una historia de aguante. Luego de la roja a Ortega, los de Avellaneda resistieron los embates de un conjunto que bombardeó el área con envíos aéreos. Sergio Barreto y Juan Insaurralde rechazaron todo y así llevaron la definición a los penales, donde Sosa estiró su racha, tapó dos y se convirtió en el héroe.

El Rojo, que no gana una competencia local desde el Apertura 2002, se ilusiona. No deslumbra. Pero es falso que no le sobra nada: si algo tiene este equipo es un temperamento de hierro, a imagen y semejanza de un Falcioni que predica con el ejemplo.

PENALES DE INDEPENDIENTE (4): Silvio Romero O (abajo, a la izquierda del arquero); Rodríguez O (a colocar, a la derecha de Andújar); Blanco O (al lado del palo izquierdo); B. Martínez O (suave abajo, a la izquierda del arquero).

PENALES DE ESTUDIANTES (1): Cauteruccio X (tapó Sosa a su izquierda); Noguera X (tapó Sosa a su derecha); Tití Rodríguez O (a la derecha de Sosa).


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