Luis Suárez y lo que le pedía el cuerpo si marcaba un gol al Barça
El uruguayo tiene una espina clavada desde su salida y ahora se juega la Liga contra su ex equipo. En noviembre habló de lo que se le podía pasar por la cabeza si veía puerta...
El charrúa no oculta que dejó en el Camp Nou muchos amigos, aunque también que salió con una espina clavada. Por eso, antes del partido de noviembre, concretamente cuando él estaba concentrado con Uruguay (momento en el que contrajo el coronavirus), en una entrevista a la ESPN le preguntaron si celebraría un gol contra el Barça. Y él no disimuló que, si bien respeta mucho a su exequipo, sí tenía ganas a cierta gente: “No, no lo grito, ni loco lo grito... Quizá no lo gritaría, pero señalar a alguna parte capaz que sería...".
No dio nombres, aunque todos eran conscientes de que, en realidad, su dolor se centraba en dos cargos relevantes del Barça, el presidente Bartomeu, que ya está fuera del club, y el entrenador Koeman. El goleador rojiblanco siempre ha contado que lo que le dolieron fueron las formas, con una simple llamada de teléfono del técnico, y también que le hicieran sentir poco menos de un estorbo, a pesar de los 21 goles de su último curso como azulgrana.