El Atlético ganó en los minutos finales un
partido que tuvo controlado y en el que no mereció sufrir tanto. El
uruguayo falló muchos goles, pero acertó en el 88'.
Osasuna
marcó en el minuto 76 en casi la única llegada al área rival. Ese gol
hizo daño, mucho daño al Atlético, que se tuvo que sobreponer como pudo.
A falta de diez minutos el Atlético estaba fuera de LaLiga. Lodi, que
había fallado en el tanto de Budimir, marcó tras pase de João Félix. Hubo arreón de los del Cholo y fue Luis Suárez el que hizo el 2-1 ante la locura colectiva en el Wanda Metropolitano y aledaños.
El uruguayo rompió la cifra de 19 goles en los que se había estancado y
le dio tres puntos vitales a los de Simeone. Falló goles cantados, pero
hizo el tanto del triunfo en el momento justo y necesario. Tres puntos
sufridos como pocas veces. El Atlético derrochó sangre, coraje y
corazón, como dice su himno y depende de sí mismo en el encuentro de
Valladolid.
Y no mereció tanta agonía el Atlético, puesto que fue mucho
mejor que su rival. No mereció tanto sufrimiento, tanto castigo, tanto
padecer. Pero es el destino de este equipo que sigue arriba, líder y que
afronta la última jornada a prueba de todo. Si hay que ganar el título, pues habrá que hacerlo el último día.
El Atlético lanzó hasta dieciséis veces a portería durante el primer
tiempo. Lanzó de todas las maneras. Desde cerca (Luis Suárez, con
paradas de Herrera y también al palo) hasta desde fuera del área, con
remate de Saúl que también rozó la madera. Tampoco se anduvo el Atlético
con contemplaciones en esta ocasión, puesto que encerró a Osasuna desde
el inicio, quien apenas salió de su parcela. Simeone repitió el equipo
que puso en liza ante la Real Sociedad, con Correa y Luis Suárez en
punta ayudados por Marcos Llorente y Carrasco por los costados. El Atlético fue intenso, tuvo la pelota, las llegadas, las ocasiones, pero le faltó el gol.
Es algo repetitivo, pero parece mentira que un equipo con la calidad de sus delanteros tenga tantos problemas con el gol. Luis Suárez se movió mucho y bien por todo el frente del ataque, pero a la hora de rematar ni tuvo suerte ni chispa. El mejor jugador de Osasuna fue su cancerbero. Herrera detuvo todo lo que le tiraron, que fue mucho.
En el segundo tiempo el Atlético también fue el dueño del
encuentro, tuvo también grandes oportunidades, aunque no tan claras como
en el primer tiempo. Osasuna se estiró un poco, pero tampoco salió de
su campo. La tuvo Correa, tiró rozando el larguero Koke, asedió
Marcos Llorente la portería de Herrera y llegó el gol de Budimir. El
resto es ya historia. El resto le puede dar al Atlético el título de Liga. Un título que se logrará a base de sufrimiento.