Lewandowski no cantó alirón

El Bayern, ya campeón, aplastó al Gladbach en un partido en el que el delantero polaco siguió sumando goles para igualar el récord de Müller.

José Carlos Menzel
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Cabe recordar que el Bayern de Múnich ya era campeón cuando saltó al césped del Allianz Arena el sábado para enfrentarse al Borussia Möchengladbach. La derrota del RB Leipzig ante el Borussia Dortmund (3-2) había dejado matemáticamente sentenciada la novena ensaladera consecutiva para los bávaros. Pero no les importó. Aún le quedaban retos a los de Flick. Demostrar que no hubieran necesitado de la ayuda del eterno rival para cantar alirón. Y seguir ayudando a Lewandowski a batir el récord de goles del Torpedo Müller. Cumplieron con ambos objetivos endosando un durísimo set a un Gladbach que prácticamente se despide de Europa.

La ensaladera ya se apreciaba en el luminoso del feudo muniqués cuando el once rojiblanco pisó el verde. Sin embargo, todo aquel que siguió el partido del vigente campeón del sextete para nada hubiera pensado que se trataba de un equipo que no se jugaba nada. Salió a comerse el Gladbach. Y lo devoró. Un doblete de Lewandowski y los tantos de Müller y Coman reflejaron en el marcador la aplastante superioridad de un equipo que no necesita de alicientes para salir a aplastar. Lo entiende como filosofía de vida y, sobre todo después del regalo que recibió por parte del Dortmund, como obligación de cara a su afición.

Y después estaba Lewandowski. El único en las filas del Bayern que todavía persigue un reto real en lo que queda de Bundesliga. Y sus compañeros lo sabían. Todos le buscaban. En vez de disparar, intentaban encontrar al polaco para que siguiera acercándose a los 40 goles que llegó a anotar Gerd Müller en la 71/72. Nadie había podido superar la descomunal cifra de la leyenda muniquesa hasta la fecha. Y Lewy siguió a lo suyo en la segunda mitad. El colegiado señaló penalti después de una mano de Neuhaus (también expulsó al bávaro Nianztou) y el The Best se encargó de cerrar la manita y sumar su trigésimo noveno tanto en Bundesliga para quedarse a tan solo uno de la mágica cifra del Torpedo. No cantó su particular alirón. El Bayern, sí. Con un set que cerró Sané.

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