Las razones por las que los jóvenes son los protagonistas de las marchas en Colombia
Este sector ha sido uno de los más afectados por la pandemia, tienen una de las tasas de desempleo más alta en el país, son los últimos en la lista de vacunación y en Colombia cada vez la posibilidad de acceder a educación superior se reduce
Incluso, hace unos días atrás salieron los resultados de una encuesta realizada por la Universidad del Rosario, Cifras y Conceptos y El Tiempo donde se demuestra que de una muestra de 2.556 jóvenes entre los 18 y 32 años, el 84 % de los consultados se sienten representados por el actual Paro Nacional, el 91 % protesta en rechazo al Gobierno y el 87 % por la violencia.
Las razones detrás de su inconformidad, va más allá de las políticas estatales o la pandemia, pues están estrechamente relacionadas con las posibilidades que encuentran en la sociedad colombiana para poder lograr sus metas educativas, profesionales y de vida; que estas vienen reduciéndose de mucho tiempo atrás pero con la pandemia quedaron más expuestas. Lo que señala un problema estructural.
Por ejemplo, según el Dane, la tasa de desempleo de los jóvenes de entre 14 y 28 años se ubicó en 23,5 por ciento, y, para el caso de las mujeres de este segmento de la población, la cifra escala hasta 31,3 por ciento. La situación es más complicada para aquellos que no pudieron ingresar a la educación superior. En el país hay cerca de 3,5 millones de jóvenes que ni estudian ni trabajan –mal llamados ninis–, y en ciudades como Bogotá esta población se ha duplicado en tan solo un año.
En el caso de los jóvenes que se encuentran sin hacer nada, es debido que cada vez se exige más para conseguir un puesto de trabajo (estudio y experiencia) y en cuanto al acceso a la educación, las universidades públicas tienen deudas importantes, además de cupos limitados, y para acceder a educación privada el costo es muy alto. Esto sin plantear los problemas de los programas y la calidad de educación que se presenta en Colombia.
“Históricamente los jóvenes hemos presentado las mayores vulnerabilidades sobre todo en el acceso al empleo. Vemos que hay unas brechas”, señaló el líder juvenil Robinson Meneses a Blu Radio.
Por su parte la periodista y activista Cristina Amortegui, barranquillera señaló problemas que se padecen en su ciudad como la falta de oportunidades y la agudización de la pobreza.
“Además de la educación, el 43% de los barranquilleros solo come dos veces al día, la pobreza aumentó el año pasado y la gente está pasando física hambre”, agregó.
En cuanto a Cali, una de la ciudades más afectadas por el paro y que exige un cambio, la líder estudiantil Nicolle Caicedo afirmó que los jóvenes caleños y los de todo el país están casados “y no tienen nada que perder”. Por ejemplo, en Cali hay un millón de afros y la cifra de analfabetismo, desempleo y acceso a la educación son altísimas para esta población étnica.
“Los jóvenes que llaman vándalos, son los que salen a marchar por sus derechos y son los que no encuentran qué hacer dentro de la sociedad” anotó Caicedo.
Por otro lado, en entrevista con El Tiempo, Jennifer Pedraza, líder estudiantil en la ciudad de Bogotá mencionó que otros temas que hacen que los jóvenes sigan en las calles es la reforma a la salud, que no resuelve de fondo los problemas del sistema, ero que si agudizaría los problemas de los colombianos para acceder atención medica y tratar sus enfermedad y finalmente y un punto en el que han coincidido todos los manifestantes es el rechazo absoluto al uso desmedido de la fuera por parte de instituciones del Estado en las protestas.