Iker Casillas: de santo a topo, del beso al infarto
Nacido en el seno de una familia humilde, Iker Casillas (39), que ingresó a los 10 años en las categorías inferiores del club, debutó en Primera División el 12 de septiembre de 1999 en San Mamés, con un 2-2 pluvial contra el Athletic de Bilbao y el '27' a la espalda. Fue la misma temporada en la que se convirtió en el portero más joven en jugar y ganar una final de Champions. París. 'La Octava'.
Pronto se ganó el cariño de la grada y el reconocimiento del fútbol español. Además, el Madrid no tardó en reeditar el éxito europeo, ya con Florentino Pérez en el palco. Una lesión en la final de Glasgow de César, el portero veterano que alineaba Vicente del Bosque, terminó en un recital de contorsionismo de Casillas bajo palos que consolidó la volea de Zidane.
Con la llegada del primer proyecto megalómano de Florentino, los 'galácticos' - Figo, Zidane, Ronaldo, Beckham - trajeron a la vida extradeportiva de los jugadores demasiada relevancia pública. El equipo se quedó estancado en una etapa de juego turbia, comparada con Aquí no hay quien viva porque el único que trabajaba era el portero. Por entonces, Iker comenzó su romance con Eva González, Miss España 2003 y una de las mujeres del momento, lo que trascendió la prensa deportiva. Un noviazgo que duró tres años y que terminó poco después de una de las etapas más dulces del portero: la Eurocopa de Austria y Suiza en 2008 con Luis Aragonés en el banquillo. Casillas se sentía seguro, como rezaba el anuncio, y España con él en la portería.
Pero el olimpo de su popularidad lo alcanzó el 11 de julio de 2010, en Sudáfrica. España fue campeona del mundo y Casillas, que en un mano a mano con Robben había estirado la punta de la bota hasta la talla 67, alzó la copa al cielo de Johannesburgo. Ya con la medalla al cuello, ya campeón del mundo, el instante que permanece en la memoria colectiva es el morreo ibérico a Sara Carbonero, la reportera de Telecinco con las mejillas rojigualdas y los ojos azules que lo entrevistaba en directo. No hizo falta comunicado alguno para confirmar la relación.
LLEGA MOURINHO
Fue el mismo verano que desembarcó Mourinho, a la postre su verdugo en el club, que irrumpió en el vestuario como el sargento de artillería Highway, el personaje de Clint Eastwood que había bebido más cerveza y chafado más huevos que todos los jugadores juntos. El portugués, que llegó con una Copa de Europa con el Inter conquistada en el Bernabéu bajo el brazo, tenía la misión de imprimir carácter competitivo al equipo. Si bien pidió el Balón de Oro para el portero a su llegada, poco tiempo después lo condenó al ostracismo de los guantes apenas usados para no entumecerse los dedos en el banquillo. Una riña pública que provocó un debate plebiscitario en el Bernabéu, con la papeleta circense del pito o el aplauso. Bajo acusaciones de 'topo' con la prensa por su relación con Carbonero, esto supuso una pérdida de confianza para un portero que frenaba mejor la caspa en las campañas que protagonizaba para H&S que los disparos a portería, balones que se escurrían entre las manos como untados de grasa.
Sin homenajes después de 15 años en el equipo, con una rueda de prensa entre lágrimas, se despidió del club. Se marchó a Oporto para cerrar su carrera todavía al primer nivel. Allí se produjo el momento más difícil de su vida, el infarto agudo de miocardio durante un entrenamiento el 1 de mayo de 2019, el mismo año que le detectaron a Sara Carbonero un cáncer de ovario. Ya retirado del fútbol profesional y enrolado en la Fundación Real Madrid, este año la pareja anunció su separación después de 11 años de relación y dos hijos. Casillas afronta, así, la crisis de los 40.