Hará falta algo más
La goleada a Aldosivi puede confundir. River fue superior y mereció ganar, pero no tuvo una actuación consistente y convincente. Boca planteará un desafío muy importante para este nivel del equipo.
También tenemos que reconocer que este cruce con Boca o el que viene también garantizado por Copa Argentina, aunque siempre son importantes y los queremos ganar, tampoco se los puede comparar con los que tuvimos en los últimos tiempos, por finales o semi de Copa Libertadores y hasta incluso una final de Copa nacional. No es una final. Es un cuartos de final. Eso no significa una pretensión de bajarle el precio, sino de darle lo que se merece. Es un clásico importante, eliminatorio, pero no es la final del mundo.
Todos sabemos cuándo fue la final del mundo y es un partido que no tiene revancha y que lo ganamos nosotros.
Este nuevo clásico nos llega en un momento raro del equipo. Alguien podría contestar, con todo derecho, cómo se me ocurre plantear un momento raro cuando goleamos 4-1 y logramos el resultado que necesitábamos para clasificar. Es difícil explicar y más difícil estar de acuerdo conmigo mismo. Digamos que son sensaciones que transmiten los equipos. Hoy River no destila seguridad o solidez, ni siquiera tremenda peligrosidad. Faltaban cinco minutos para el final contra Aldosivi y estábamos 2-1, a un gol de ellos de la eliminación. River había sido superior, sí. Merecía ganar, sí. Había tenido chances para definirlo, sí. No tantas, pero sí. Pero el funcionamiento no era el adecuado, la postura del equipo tampoco, incluso la presencia en las divididas o un intangible como la energía que transmitía, haciendo la salvedad que es una observación por televisión.
No estamos comparando este River con el River granítico e indestructible de Mercado, Maidana, Funes Mori y Vangioni, que daba la impresión que si se ponía un gol arriba no perdía más, pero tampoco el juego es el de Nacho, Pity y Juanfer ni la contundencia ofensiva es la de Driussi y Alario o más ejemplos a gusto del amigo lector que está soportando estoicamente estas líneas.
Tal vez le pedimos demasiado a un equipo que está empezando a escribir su propia historia con el peso de ser un nuevo equipo dentro de otro que está hace siete años representando con grandeza y orgullosamente a River.
Es cierto que Boca tampoco es hoy una garantía ni una maravilla. Así es que será un cruce con muchos interrogantes y difícil de pronosticar. Antes de eso, hay un partido importante por la Copa, el miércoles contra Junior, en el que es difícil saber qué resolverá el Muñeco, si pondrá titulares o suplentes. Aunque si la semana pasada dispuso suplentes para enfrentar a Independiente Santa Fe porque debía ganarle sí o sí a Aldosivi para clasificar en el torneo local, ahora que el rival es Boca repetirá la fórmula. Igual, como es de público conocimiento, nadie mejor el Muñeco para saber lo que corresponde hacer y la decisión que tome será la mejor para River.
River le ganó a Aldosivi porque fue efectivo, pegó en los momentos justos y tuvo a un Armani fantástico que sostuvo cuando el partido se puso picante. Palavecino asumió con clase el lugar del herido Enzo Pérez y demostró que con la cancha de frente tiene una visión de juego espectacular. Mete unos pases filosos que son una delicia y que lamentablemente no siempre aprovechamos.
El gol que hizo Borré fue descomunal. Tuvo participación decisiva en la mejor jugada del partido. Precisión en velocidad, controles, descarga, pared a un toque y búsqueda del espacio para la definición. Un movimiento fenomenal. También Rafa tuvo muchos controles malos, desperdició varios mano a mano y definió generalmente al cuerpo del arquero situaciones muy favorables para un goleador. Habrá que aceptar que Borré es eso y que si no fuera eso la famosa oferta que nunca llegó ya habría llegado.
Lindo que Matías Suárez regresara con gol. También interesante que Paradela hiciera el gol que definió el partido mostrando personalidad para asumir la responsabilidad de la definición cuando podía sacarse el compromiso con un pase adentro a Girotti, apenas un ratito después de ser reprendido por Gallardo. Esos son gestos que pueden hablar de la esencia de un jugador.
Está todo por jugarse. Estamos en carrera. Ojalá pueda este equipo dar ese plus en los partidos importantes tan característico del ciclo.