Juan Gutiérrez, AsLewis Hamilton abre distancia en su pulso con
Max Verstappen. Después de la celebración de cuatro grandes premios,
el británico domina 3-1. Podrían ir empatados, o incluso con el neerlandés por delante, pero
Hamilton es mucho Hamilton, no es fácil de tumbar, siempre tiene recursos para levantarse. Verstappen fue capaz de superarle este domingo en Montmeló en
el cuerpo a cuerpo de la salida. Ya lo había hecho
una semana antes en Portugal.
Pero si entonces el heptacampeón le devolvió el adelantamiento en
pista, esta vez lo hizo gracias a una mejor estrategia. Para ganar en
el Mundial de Fórmula 1
necesitas un buen coche, la pericia del piloto, la eficiencia de los
mecánicos en boxes… y una buena planificación de carrera. Respecto al
monoplaza,
el Red Bull se muestra este año competitivo,
no existe un dominio tan rotundo del Mercedes. Respecto al piloto,
ambos son dos genios al volante. Respecto al box, la lucha está
igualada, aunque los energéticos la pifiaron esta vez en un cambio. Aun
así, Verstappen sobrevivió a ese error, pero no al último movimiento del
muro alemán.
A una veintena de la conclusión, Hamilton decidió renovar neumáticos,
mientras que Verstappen se decantó por resistir hasta el final. Su
mordisco de 20 segundos fue insuficiente. El inglés devoró esa
desventaja y hasta le sobraron vueltas. La tercera victoria del campeón
vino acompañada del tercer podio calcado, Hamilton, Verstappen y Bottas, lo que enfría mucho el pronóstico de un Mundial más apretado y de cierta alternancia en el podio. Sólo Lando Norris ha logrado auparse al cajón fuera de estos tres nombres. Este domingo, por momentos, parecía que Charles Leclerc podía emularle. No ocurrió. Había cierta esperanza de que esta temporada pudiera ofrecer algo diferente, y es verdad que existe más igualdad entre los dos primeros, pero, de momento, los resultados siguen siendo los de siempre.