El amor en tiempos de pandemia: ¿estamos listos para un tsunami de citas poscoronavirus?
El COVID-19 ha dejado a muchas personas privadas de romance y, como resultado, los expertos en citas prevén un boom en encuentros y romances una vez que se levanten las restricciones
Ahora que cada vez más personas son elegibles para la vacunación y muchas de las rutinas que antes eran mundanas están regresando, las citas comienzan a ver la luz al final del túnel. Aun así, puede que nunca vuelvan a ser lo que fueron. Para algunas personas, el coronavirus provocó temores físicos y existenciales demasiado angustiantes para que puedan sacurdirse de la noche a la mañana, incluso después de la inoculación. Para otras personas solteras los largos períodos de aislamiento han inspirado despertares y han cambiado las prioridades, para bien o para mal.
Muchos solteros están saliendo de la pandemia a partes iguales, ansiosos y reacios: anhelan la intimidad más que nunca, pero se sienten lamentablemente fuera de práctica. En una encuesta reciente de 1.000 mujeres solteras de Nurx, una plataforma de telesalud, muchas informaron sobre el mismo dilema. Si bien el 58% dijo que espera tener citas y tener relaciones sexuales más que antes de la pandemia, al 44% le preocupa no tener práctica con las citas y el sexo, y el 25% todavía está preocupado de contraer COVID-19.
“Una pandemia tan prolongada combina el deseo de que termine de una vez por todas y la adaptación a nuevas formas vivir. Si nos basamos en historias pasadas de represión o de aislamiento, es posible que la salida la pandemia actual lleve a un aumento de las citas y de los contactos amoroso o eróticos. La pandemia influyó fundamentalmente en la conexión interpersonal. Y aunque otras áreas se han visto afectadas, como la económica, la capacidad de concretar proyectos, los viajes, etc., la más comprometida ha sido la dimensión social. El deseo, el placer y la satisfacción están esperando el momento propicio para salir con libertad y sin miedos”, sostuvo en diálogo con este medio Walter Ghedin, médico psiquiatra y sexólogo.
Dacher Keltner, un sociólogo de la Universidad de California en Berkeley, se preocupa por el impacto a largo plazo del distanciamiento social en los solteros que viven solos. Sostiene que el tejido de la sociedad se mantiene unido incluso por el contacto físico más pequeño. “El tacto es una condición social tan importante como cualquier otra cosa. Reduce el estrés, hace que las personas confíen unas en otras y permite la cooperación. Cuando miras a las personas en confinamiento solitario que sufren de privación táctil, ves que pierden la sensación de que alguien les respalda, que son parte de una comunidad y están conectadas con otros”.
El distanciamiento social no coincide con la naturaleza humana primaria: los seres humanos nos constituimos como tales, en relación con los otros. Nacemos indefensos, prematuros y somos de los únicos mamíferos que no se valen por sí solos al nacer. El contacto con el otro es una condición de vida. Y de ese modo nos constituimos”, manifestó consultado por Infobae el psicólogo Jorge Catelli (MN 19868), miembro de la Asociación Psicoanalítica Argentina.
Para Juan Pinetta, psicólogo ex coordinador del departamento de Psicoanálisis y Sociedad de la Asociación Psicoanalítica Argentina (APA), “no se puede negar que la verdadera pandemia es el deseo, el deseo del contacto con un otro humano, y eso eso está muy reprimido por las restricciones de cuarentena. Sin embargo, los miedos al coronavirus serán disipados rápidamente casi naturalmente debido a la necesidad del aparato psíquico de olvidar experiencias dolorosas, penosas y difíciles de soportar por largo tiempo”.
“Cuando esto termine habrá un deseo enorme de vivir. Todo mundo tiene deseos de vivir y eso va a prevalecer. Si no prevaleciera el instinto de vida por el de destrucción en la raza humana ya hubiéramos desaparecido”, sostuvo Claudia Borensztejn, ex presidente de la misma asociación.
El COVID-19 ha dejado a muchas personas privadas de romance, y como resultado, los expertos en citas prevén un tsunami en las relaciones una vez que se levanten las restricciones. Después de todo, la gente ha tenido tiempo suficiente para reflexionar sobre sus prioridades y está cansada de la reclusión. Pero debido a que la pandemia ha hecho que muchas personas desconfíen del contacto innecesario, es probable que los solteros adopten un enfoque minimalista.
Para muchas personas, puede parecer de sentido común reducir el número de parejas durante una pandemia. Pero para los psicólogos evolutivos, este es el “sistema inmunológico conductual” en funcionamiento: un conjunto inconsciente de comportamientos que nos protegen frente a la amenaza de una enfermedad infecciosa.
Un estudio previo al COVID-19 de la Universidad McGill de Montreal encontró que las personas que se sentían más vulnerables a la enfermedad mostraban niveles más bajos de interés en las fechas prospectivas, independientemente de lo deseables que fueran.
En esta línea, consultado por Infobae, el psicólogo Jorge Catelli (MN 19868), miembro de la APA, indicó: “No sólo es nuestro sistema inmunológico quien intenta defendernos de los virus sino que también está en juego nuestro sistema psíquico, nuestra protección anti-estímulos, como capa protectora a una invasión irrefrenable de informaciones, situaciones de la realidad y de la confrontación con la realidad restrictiva”.
“En las diversas expresiones de los rituales de seducción, rituales amorosos, se pone en juego la aproximación a partir de la atracción con el otro y se juegan puntos de parecidos y de diferencias. En medio del clima de peligrosidad respecto de lo que puede provenir de los otros, en el juego amoroso, hay que iniciar contactos estrechos y lograr cierto lazo de intimidad. El amor se trata del encuentro desprolijo con el otro, el encuentro que supone una entrega a una dimensión del otro que está por conocerse, y ese aspecto se avisora en nuestro tiempo como un aspecto temible, cuya contaminación podría acercar más a la muerte que al erotismo y la vida”, añadió Catelli.
“Para responder acerca de si estamos listos para un tsunami de citas poscoronavirus propongo pensar una composición que involucra tres tiempos: el pasado, el futuro y el presente. Hay quienes dicen que la historia de la humanidad testifica que después de grandes pestes, llegaron grandes desbordes festivos y eróticos. Si esa tendencia -Freud la nombra compulsión- a la repetición hace lo suyo, estemos listos o no, arribará ese ‘tsunami de citas’. Y como es sabido, nadie puede estar listo para un tsunami sea climático o amoroso. Esto, si pensamos que el pasado nos enseña acerca del porvenir, porque de le luz al final del túnel nada sabemos aún”, dijo en diálogo con Infobae Agustina Fernández, psicoanalista especialista en adolescentes.
Y continuó: “Justamente es el sentimiento de incertidumbre sobre el futuro el que produce tanta angustia. Muchas veces se lo tiende a tapar con predicciones, que funcionan un tiempo de suplencias y caen por su propio peso. Si nos ubicamos en el presente, la vida amorosa anda oscilante, desordenándose y encontrando nuevos órdenes permanentemente. En mi clínica como psicoanalista escucho numerosas parejas que se separan, que no logran soportar el embate del aislamiento social, personas solteras y separadas que buscan incansables citas en las redes sociales, con un fuerte sentimiento de soledad que los agobia y martiriza”.
Los expertos coinciden en que la sobreproducción acelerada de citas muchas veces termina arrojando un sentimiento de soledad mayor, confronta cada vez con un desencuentro que es vivido subjetivamente como fracaso. La fantasía de un tsunami de citas amorosas puede ser divertida o aterradora.
“Si bien en durante el primer año de pandemia se concretaron muchas citas, el comienzo de la segunda ola ha reanudado el miedo y una vuelta a la virtualidad en aquellas personas que desean tener contactos sexuales y/o un compromiso mayor. Sin embargo, los que han superado los sesenta, están solos y están vacunados, se animan a concretar relaciones que habían quedado postergadas por el aislamiento aun manteniendo medidas de cuidado. El miedo coexiste con la seguridad que da la inmunización, y, por qué no, la confianza mutua de no tener otros contactos fuera de la relación”, añadió Ghedin.
Sin embargo, “el factor tiempo que se pierde no se recupera”, ayuda dando un empujón para que las citas entre adultos mayores se concreten. Los jóvenes se animan por omnipotencia, los adultos mayores por sentirse protegidos por las vacunas, pero existe una gran franja etaria que va desde los treinta a los sesenta y cinco, que se siente tironeada por el riesgo y la osadía para concretar citas nuevas. “Es esta franja etaria la que más espera la apertura de las restricciones y la inmunización para dar rienda suelta a los deseos contenidos, por menos sin aprensión y sin culpas. También en este grupo de adultos jóvenes prevalecen los reproches y las culpas cuando en un encuentro una de las partes tenía algún malestar y lo ocultó, y en caso de contraer la infección, vienen los cuestionamientos hacia la otra persona y los personales ‘por qué no me cuidé', ‘podía haber contagiado a mis padres’, ‘perdí días de trabajo por ser responsable’, etc”, concluyó el experto.