Boca fue la nada
Jugó muy mal en Brasil, no tuvo juego ni huevo y se le derrumbaron todas las certezas. Complicado en la Copa, también tiene que dar la cara contra River. El domingo, cueste lo que cueste...
Sufrió Varela la tibieza de Medina y Almendra, que lo dejaron solo con su alma; sufrieron Pavón y Villa un ida y vuelta infernal lleno de retrocesos que les quitaron frescura para lo que deben hacer (atacar); sufrieron los centrales la exposición a los espacios (no hubo bloque defensivo); sufrieron Buffarini y Fabra los mano a mano; sufrió el equipo la falta de un organizador, de un guía, de alguien que le mostrara el camino a los demás. Ni siquiera tuvo, Boca, la jerarquía de Tevez que tantas veces lo salvó: Carlitos falló al principio luego de un pase hermoso de Pavón y más tarde le faltó puntería para acertarle a un arco sin arquero. Tampoco apareció la fórmula tantas veces salvadora de la pelota parada para los cabezazos de López o Izquierdoz. Y faltó fuego, intensidad, garra, eso que todos conocemos como huevo: que no es pegar patadas pero sí plantarse y hacerse notar.
Russo -o sus ayudantes, que quedaron en su lugar cuando fue expulsado- tardó 80 minutos en mover el banco para cambiar algo. Y sus cambios dejaron dos sensaciones: 1) no sabía qué hacer; 2) no tenía quién lo hiciera. Rojo por López (salió recaliente) y Soldano por Tevez demuestra lo desorientado que está Miguel y la escasez de recursos disponible. ¿Acaso apostó a que Soldano fuera el salvador? ¿Qué quiso hacer con el cambio en defensa? ¿Cuidar a López diez minutos? ¿Darle diez minutos a Rojo? Inentendible. Como lo de Maroni por Medina después: ¿recién a los 86' se dio cuenta de que Boca no tenía a nadie que lo hiciera jugar? Y en ese caso, ¿asumió el técnico que el discontinuo Maroni podía resolver un problema estructural de vieja data en cuatro minutos? Por favor, un poco de cordura...
Boca la tiene realmente difícil. En la Libertadores, hoy está afuera. Tiene la obligación de ganarle a un Barcelona que ya no llegará relajado después de la derrota en Bolivia. Es la final del mundo: Boca no está preparado para el papelón que significaría quedar eliminado en primera ronda. Como tampoco parece preparado para jugar con este River que es de los más flojitos de la era Gallardo. Esta versión desteñida de River, en sus peores momentos, es más confiable que Boca en el veranito de esos dos o tres partidos que hicieron creer en un futuro mejor.
PD: Una felicitación de corazón al Santos, que el fin de semana se salvó del descenso. Vaya el saludo de un grande a otro: cada vez quedamos menos en el continente.