Al asalto de la torre de Londres
Tuchel, que llegó a ensayar con diez dibujos diferentes en el PSG, ha dado con dos que repite invariablemente en el Chelsea: el 3-4-2-1 que utilizó en la ida, y el 3-4-1-2 del último partido en la Premier, ante el Fulham. Ese plan le ha mantenido casi invulnerable porque con él funciona estupendamente el 'gegenpressing' (presión alta para la recuperación rápida, con especial intensidad en el carril central) que han cultivado Klopp, Nagelsmann, Flick (en versión extrema) y él mismo en los últimos años. Es la acción frente a la posesión, porque con menos balón y menos pases obligó al Madrid a hacer 20 despejes, la mayoría de ellos al limbo. Y disparó cinco veces más..
Con Rüdiger recuperado (jugará con máscara), es posible que repita esquema y alineación. De hecho, el sábado, ante el Fulham, reservó a cinco titulares en Valdebebas: el propio Rüdiger, Azpilicueta, Pulisic y sus dos mediocentros, Jorginho y Kanté, alfa y omega de su proyecto. El francés jugó los últimos 24 minutos porque Tuchel no puede pasar sin él. "Hasta mi madre le quiere", llegó a decir en los primeros días como técnico 'blue'. La única cuestión pendiente es el punta. Ahí se dejó mucho dinero Abramovich este verano en dos futbolistas que ofrecen dudas. Werner, que tuvo un error grosero en el Di Stéfano, ha metido un gol menos que Abraham y los mismos que Giroud jugando tres veces más. Y Havertz, autor de un doblete el sábado, está en las mismas: ocho tantos y demasiados altibajos. Tuchel tendrá que decidirse por uno de los dos, porque Mount y Pulisic parecen seguros.
Los magníficos
También el Madrid sacó sus conclusiones de la ida. En un estudio de posiciones medias durante el partido se aprecia que le fue mejor cuando retrasó a Modric y Kroos para darle salida al juego y adelantó a sus laterales, Odriozola y Marcelo. De hecho, durante la segunda mitad, Casemiro fue el centrocampista más avanzado del equipo. La entrada de Hazard, que jugó más retrasado que Vinicius, también ayudó. Quedó claro que el Madrid igualó el pleito cuando le bajó las pulsaciones, porque no está para aceptar órdagos en el terreno físico.
En cualquier caso, Zidane tendrá que medir si pesa más el descanso o la inactividad. El francés reservó a Modric y Kroos, los dos jugadores con más carga de partidos del equipo. Kroos sólo jugó uno de los últimos cinco encuentros, precisamente ante el Chelsea, y lo hizo visiblemente tocado. Mendy, que vuelve, lleva tres semanas sin jugar. Valverde, por el coronavirus, también. De hecho, el de Stamford Bridge fue su primer entrenamiento con el grupo en casi veinte días. Y Ramos, guía espiritual del equipo, no disputa un partido con el Madrid desde el 16 de marzo (sí tuvo dos ratitos con la Selección en duelos del premundial a finales de ese mes). Esta temporada ha jugado 20 encuentros, de largo el peor registro de su carrera, tras dos lesiones de rodilla, dos musculares, un traumatismo, una gastroenteritis y el coronavirus. Con todo, es posible que sea necesario hoy: bien como tercer central (con Varane lesionado sólo quedan tres) si Zidane ordena al equipo como en la ida o como pareja de Militao en una zaga de cuatro si Nacho actúa de lateral derecho.
Benzema, sin auxilio
Por ahí podrían ir los tiros, con Valverde como cuarto centrocampista junto a los tres magníficos, Benzema y un acompañante por decidir. O dos si el técnico no se atreve con Valverde, aunque ninguno de ellos ha acabado de convencer. De hecho, el francés ha metido 28 goles y entre Vinicius, Asensio, Hazard, Rodrygo y Mariano suman 17, los mismos que Valverde, Modric, Casemiro y Kroos. Una cuestión preocupante si se tiene en cuenta que el Madrid está obligado a marcar. De los 47 partidos del curso, sólo en cuatro se ha quedado sin hacerlo, pero tres de ellos los jugó en el último mes.
Tuchel no ha perdido aún en cinco enfrentamientos con el Madrid (una victoria y cuatro empates), pero el equipo blanco lleva 19 partidos invicto y fue capaz de eliminar al Liverpool, que tiene mejores registros ofensivos y defensivos que el Chelsea en la Premier, aunque menos puntos. Y Zidane resulta casi infalible en la competición: ha superado once de las doce eliminatorias que disputó, incluidas tres semifinales. La experiencia del francés y su grupo y las gradas vacías en Stamford Bridge valen tanto como el gol de Pulisic en Valdebebas.