12 horas de agonía, remedios contraindicados y médicos temerarios: así dejaron morir a Maradona según la junta médica
El informe de 70 páginas es lapidario con la actuación del médico Leopoldo Luque y la psiquiatra Agustina Cosachov. Revela múltiples irregularidades en la atención del ex futbolista y detalla su sobrecogedor final en la más absoluta soledad
El documento, que lleva la firma de especialistas de distintas ramas de la medicina y la psiquiatría, aborda varios puntos de la investigación pero en algunos hace especial hincapié. Los peritos señalan, en más de una oportunidad, que el cuerpo de Diego Maradona dio sobradas señales de que algo no andaba bien los días anteriores a su muerte y son puntillosos al aclarar que esas señales fueron desoídas sistemáticamente por Leopoldo Luque. El ejemplo más claro es la hinchazón del cuerpo de Diego, advertida por al menos 5 personas que vieron al Diez en esos días de noviembre.
En relación a esto, en una de las preguntas a la junta médica los fiscales buscan saber si los médicos debieron haber hecho algo ante los reiterados avisos de que Maradona estaba hinchado, había cambiado su timbre de voz y producía ronquidos extraños al dormir. La respuesta es clara: “Si. Resulta dable afirmar que exigía, en el caso de advertirlo, una tratamiento adecuado con la medicación correcta y probablemente decidir una nueva internación en un Centro de Salud con la complejidad indicada para este paciente. Estos signos fueron informados al personal médico a cargo, quienes no tomaron conducta alguna, a expensas de que debieron ser considerados como signos de alarma”.
El expediente judicial que ya lleva 23 cuerpos de 400 fojas cada uno desborda de ejemplos de avisos que fueron desoídos. Uno de ellos fue el 17 de noviembre, ocho días antes de la muerte de Diego. Fue el propio Maxi Pomargo, asistente del Diez y cuñado de Matías Morla, que esa mañana le mandó un audio al doctor Luque comentándole sobre un notable estado de hinchazón de Maradona: “Doc, buen día, ahí lo despertamos para darle la medicación. Estaba bien. Bueno las tomó, dijo ´sigo descansando un poquito más´. Está bastante hinchada la cara. Acá Taffa dice que es retención de líquidos. Estaba bastante inflamada la cara, o sea hinchada, y con retención”.
¿Qué hizo Luque al recibir este tipo de advertencias que para los peritos de la junta médica eran claros signos de que las cosas se estaban complicando?. Según consta en los chats y audios que figuran en el expediente y que Infobae conoció de manera completa a veces sugería que simplemente le den espacio y en otras oportunidades directamente ignoraba la advertencia.
Otro de los ejes más importantes que señala la junta médica es precisamente algo conocido por la mayoría de los argentinos, pero sorpresivamente pasado por alto por el propio equipo médico de Maradona: su patología cardíaca preexistente. Los peritos oficiales la definen, tal como expresa el documento, como una “Historia de insuficiencia cardiaca congestiva y cardiopatía crónica”. Además, señalan que no se llevó adelante un seguimiento con controles y estudios cardiológicos adecuados, más aún con la medicación que se le había indicado por su abstinencia y dependencia alcohólica. Asimismo sostienen que nunca se debió haber suspendido el suministro de medicamentos para su condición cardiaca.
“Cabe señalar que el desenlace fatídico fue producto de una evolución progresiva de síntomas relacionados a insuficiencia cardíaca, los cuales fueron advertidos en reiteradas oportunidades por personas que interactuaron con Diego Armando Maradona e informados a parte del cuerpo médico tratante los que no fueron ponderados en su real magnitud”, explican los peritos en sus conclusiones.
Con respecto a esto, los fiscales que investigan la causa, detectaron una conversación entre Leopoldo Luque y un médico de la clínica Ipensa de La Plata en los primeros días de septiembre del año pasado, es decir, dos meses antes de la muerte de Diego. En ese intercambio de audios de Whatsapp dialogan sobre unos estudios de rutina que Diego debía realizarse. Desde la clínica recomiendan que sean exámenes cardiológicos profundos y completos pero Luque rechaza esa opción: “En principio sólo un electrocardiograma. Nada de otros estudios, me parecen demasiado. La idea es hacerle algo general y medio rápido. A él no le simpatiza mucho estar en los sanatorios”.
Los medicamentos psiquiátricos que Agustina Cosachov le suministró a Maradona durante varios meses constituyen otro de los puntos centrales en los que se apoyó la junta médica. Los fiscales quisieron saber puntualmente si los psicofármacos recetados eran los correctos y si estaban contraindicados para una persona adicta al alcohol. Nuevamente la contestación es inequívoca: “De acuerdo al esquema farmacológico que se le indicó a DAM, la medicación suministrada potenciaba el efecto del alcohol por lo que la misma se hallaba contraindicada con una ingesta etílica concomitante. Por la medicación recibida y el cuadro clínico que evidenciaba el paciente debió haber sido exhaustivo el control, que no consta en todo el periodo de la internación domiciliaria”.
Justamente, con respecto a los medicamentos, en uno de los chats que publicó Infobae en exclusiva se evidencia la especial preocupación de la Dra. Cosachov por el tema. Luego de la muerte de Maradona le escribe a Luque: “Yo tengo cagazo que me quieran empomar por los remedios”. ¿Por qué una psiquiatra expresaría semejante inseguridad frente a lo que ella misma recetó?.
En el listado de personas que debían acompañar a Maradona las 24 horas en la supuesta internación domiciliaria de Tigre estaban los acompañantes terapéuticos. Sin embargo, según consta en el expediente, fueron echados de la causa en varias oportunidades con la aparente excusa de que el Diez no los quería cerca. En febrero fueron llamados a declarar en la fiscalía y, entre otras cosas, dijeron que les llamó la atención la dieta desequilibrada y poco saludable que le daban a Diego. “Recuerdo que Diego quería comer un día churrasquitos y le dieron osobuco con grasa. Yo no le hubiese dado eso a Diego sabiendo que tenía, como todos decían, problemas de corazón”.
Con respecto a este punto, los peritos de la junta médica señalan: “De acuerdo a sus patologías, las mismas requerían un plan nutricional que no se cumplió. De tenerlo hubiera beneficiado la evolución del paciente. Creo que la evidencia de agua mineral alta en sodio y comidas con grasas y sal en exceso solo colaboraron para empeorar su enfermedad y desencadenar el evento final y muerte”.
Que Diego Maradona haya pasado sus últimos días en un playroom reconvertido en una habitación y sin baño fue tema de debate desde el día de su muerte. La junta médica es contundente sobre la internación domiciliaria: “Bajo ningún punto la propiedad cumplía las funciones para albergar un paciente con las limitaciones que presentaba Diego Armando Maradona. Nunca se trató de una real internación domiciliaria”.
Los peritos también señalan el déficit del staff médico tratante durante la estadía de Diego en la casa de Tigre. Los controles de sus signos vitales no se llevaron adelante en los días previos a su muerte, no existió un régimen de visitas adecuado por parte de su psiquiatra Cosachov y el Dr. Luque y, además, no hubo un seguimiento riguroso por parte de un médico clínico, entre otros aspectos.
De manera concluyente con respecto a la mal llamada domiciliaria los peritos sostienen: “La buena práctica médica indicaba la inmediata internación en un instituto de rehabilitación psíquica y clínica”.
Luego de responder las 24 preguntas que formularon los fiscales, los médicos que confeccionaron el documento plasmaron al final 13 conclusiones. En esas líneas aseguran que el actuar de los médicos (Luque, Cosachov y psicólogo Carlos Diaz) fue inadecuado, deficiente y temerario. También explican que Maradona no tenía plena capacidad de uso de sus facultades mentales para decidir sobre su salud y que fue “abandonado a su suerte”.
Sin embargo, el punto más fuerte es, quizás, el que señala que Diego Armando Maradona comenzó a morir 12 horas antes del momento en que fue encontrado: “presentaba signos inequívocos de periodo agónico prolongado por lo que concluimos que no fue debidamente controlado desde las 00.30 del día 25 de noviembre”.
Este documento confeccionado recién será incorporado al expediente el lunes. Durante el fin de semana deberá pasar por los escritorios de los peritos de parte que añadirán sus disidencias y observaciones para luego entregar el informe final. Una vez que eso suceda los fiscales se tomarán entre una semana y diez días para decidir los pasos a seguir pero algunas fuentes ya adelantan que las conclusiones fueron tan contundentes que todo se encamina a un cambio de calificación a homicidio con dolo eventual que tiene una pena de 8 a 25 años de prisión.