Trincao se queda sin sitio
El 3-4-2-1 de Koeman, que penaliza a los extremos, le ha dejado sin oportunidades salvo en situaciones de urgencia. La aparición de Dembélé en la temporada también le quitó sitio. El club piensa en una cesión.
La participación de Trincao ha ido disminuyendo conforme ha avanzado la temporada. Varios aspectos le han perjudicado. El primero, su rendimiento. El extremo ha ido perdiendo cierta confianza en sí mismo, y eso ha reducido sus oportunidades. Tuvo un feliz momento de gloria en el Benito Villamarín, con un gol providencial para que el Barça le ganase al Betis. Pero pocas cosas más decisivas ha hecho. La aparición de Dembélé, que al fin ha encontrado continuidad en su juego, tiene un mayor potencial y está más hecho, también le quitó foco. Finalmente, el sistema que Koeman implementó desde el partido en Sevilla, el 3-4-2-1 con carrileros, penaliza a los extremos. Así que Trincao, que durante dos tercios de temporada ha tenido más opciones en el 4-2-3-1 y en el 4-3-3, ha aparecido sólo en situaciones de urgencia, como en Valdebebas recientemente.
Con apenas 609 minutos de juego, es lógico que el Barça tenga que hacerse un replanteamiento con el futuro de Trincao. Es un futbolista con potencial y tiene contrato hasta 2025. Pero un jugador de apenas 21 años lo que necesita son minutos, así que resulta lógico pensar que el Barça, salvo venta de Dembélé, estudie una cesión a la que el jugador, con un valor de 25 millones de euros según la web especializada Transfermarkt (costó 31), no pondría demasiados inconvenientes con el fin de crecer. Trincao tiene condiciones interesantes como jugador, pero también se nota a kilómetros que cuanto menos ha jugado, menos ha creído en sí. Maneja una buena izquierda, tiene buena zancada,
es potente y tiene desequilibrio. Falla, de momento, en la toma de
decisiones, una cuestión fundamental para pasar de ser un buen jugador a
un futbolista de club grande.