Shannen Doherty, de sus escándalos en Beverly Hills 90210 y sus matrimonios brevísimos a su lucha por la vida: “No estoy lista para morir”
Fue la más odiada de la existosa serie juvenil de los 90 que la consolidó como una estrella y tuvo explosivas relaciones de pareja. A los 50 años, pelea contra un cáncer de mama muy agresivo que se expandió por su cuerpo
Doherty cuenta con una carrera televisiva que se remonta a principios de los 80. Sin embargo, se catapultó al estrellato a principios de los 90 gracias a su papel icónico como la adolescente Brenda Walsh en “Beverly Hills, 90210″. Esa misma década resultó ser una época difícil para ella. Cuando la serie juvenil debutó en 1990, la actriz era la más famosa del reparto. La ventaja que tenía respecto a sus compañeros, ella la aprovechó una y otra vez.
El tiempo pasó y Doherty trabajó para cambiar la percepción que se tenía de ella.
Con la guardia baja, llegó lo peor. Un agresivo cáncer de mama que se le diganosticó en 2015, pareció controlado dos años después, pero regresó en 2019 con más fuerza y se expandió por su cuerpo. Shannen lo mantuvo durante largo tiempo en secreto mientras enfrentaba otro duro golpe: la muerte de su amigo, Luke Perry, quien falleció a los 52 años tras sufrir un derrame cerebral.
Pero la actriz decidió que no va a rendirse. Es un mujer fuerte y no planea bajar los brazos. Se mantiene positiva y aprovecha para disfrutar de pequeñas cosas, momentos que significan todo para ella. Tiene un mensaje para aquellos que pasan por algo similar: “Se trata de seguir cavando el pozo en busca de la fuerza para afrontar la adversidad”.
Sin dudas es el momento más duro para la actriz nacida en Memphis, pero no el primero.
Una pesadilla para sus compañeros de “Beverly Hills, 90210″
Nacida en Memphis el 12 de abril de 1971, Doherty comenzó a lo grande en Hollywood cuando con solo once años consiguió un papel en “La familia Ingalls”. Una pequeña Shannen impresionó primero a Michael Landon y más tarde al todopoderoso productor Aaron Spelling, que a principios de los 90 la convirtió en una de las protagonistas del éxito mundial que fue “Beverly Hills, 90210″. Con su personaje de la adolescente Brenda Walsh se convirtió en todo un suceso entre el público adolescente y en un castigo para sus compañeros de trabajo.
Su carácter temperamental y sus malos modales la hicieron poco querida. La fama y el dinero repentino también la hicieron sucumbir a la vida de excesos. Se metía en peleas en bares y salía de fiesta todas las noches. Se ganó la reputación de chica mala fuera y dentro de los sets de rodaje. Sus caprichos de diva y las peleas con sus compañeros de la serie eran constantes. Jason Priestley, quien interpretó a Brendan Walsh en el popular programa, dijo años más tarde sobre ella que “todo le importaba una mierda”, que era “insoportable” y que era capaz de montar un escándalo si le mandaban un auto en lugar de una limusina.
A medida que el éxito de la serie crecía, las tensiones entre los actores aumentaba.
“Siempre llegaba tarde, su impuntualidad era devastadora”, dijo el productor Charles Rosin, “y cuando llegaba, tenía una actitud atroz e indiferente. No era feliz trabajando en la serie”.
Ella siempre lo negó y dijo que el resto de los actores le tenían envidia.
Los actores le suplicaron al creador de la serie, Aaron Spelling, que la despidiese.
“Había gente que se llevaba bien con ella” recordó Brian Austin Green (David Silver), uno de sus mejores amigos, “y gente que no, que fueron los que ganaron”.
Jenny Garth (Kelly Taylor) llegó a comentar que con Doherty a veces se querían “arrancar los ojos” y que gran parte del elenco ya no la soportaba más. Algo que era un secreto a voces y que ya había contado Tori Spelling (Donna Martin), hija del creador del programa Aaron Spelling, en su autobiografía: hubo desde insultos a puñetazos entre Garth y Doherty.
Aunque en el programa, Kelly, Brenda y Donna (Tori Spelling) eran mejores amigas, detrás de cámaras la relación entre ellas se hizo tan insostenible que al final de la cuarta temporada, a Shannen la echaron. Fue en 1994 cuando Aaron Spelling se hartó de su comportamiento y la despidió, con la excusa de que su personaje se iba a Londres a estudiar actuación.
En una entrevista, Jenny Garth también confesó que el clima de rodaje y las actitudes del elenco “era peores que las de chicos de secundaria” y explicó: “Todo el tiempo vivíamos en una tensión innecesaria, mucho drama por cosas que no lo valían y con los años surgieron grandes rivalidades con respecto a cuánto ganaba cada uno”.
Tras el regreso de la serie con el reparto original en 2019, las actrices habían dejado atrás todo lo ocurrido entre ellas. Garth se refirió sobre estas diferencias que mantuvo con su compañera de reparto durante la filmación de la serie original. “Éramos jóvenes y estúpidas”, comentó, argumentando que Tori Spelling solía ser la “pacificadora”. “Solo puedo recordar un incidente, y fue cuando se nos fue de las manos”.
La actriz recordó que la comentada pelea comenzó cuando Doherty le subió la falda en una escena y la dejó semidesnuda ante la mirada de todos. “Somos dos mujeres muy fuertes, de las que no retroceden sin importar lo que pase”, aseguró después de decir que la seguridad intervino antes de que hubiera golpes, contradiciendo la versión de Spelling.
Aunque en 2008, durante la promoción del primer regreso del show, las actrices habían confirmado que la pelea no fue solo verbal. “¿Una pelea a puñetazos? Eso nos hace sonar duras”, dijo Garth. “Lo sé, como si fuéramos gangsters”, respondió Doherty, agregando que tuvieron sus “momentos”. “¿Arañarnos? Eso no lo voy a negar”, concluyó Garth.
Otra vez insoportable, en “Charmed”
Pese a su mala fama, Doherty volvió a formar equipo con Aaron Spelling en otra serie famosa de los 90, “Charmed”, pero sus viejas costumbres volvieron a salir a la luz y fue nuevamente invitada a dejar la ficción tras varios conflictos con otra de las protagonistas, Alyssa Milano.
Alyssa y Shannen eran dos de las tres estrellas de “Charmed” junto a Holly Marie Combs.
Su mal humor era constante y sus peleas con Milano, cotidianas. No solo mantuvo una tensa relación con su compañera sino que además volvió loco al estudio exigiendo continuos aumentos de sueldo, así como figurar siempre en el centro de los afiches promocionales.
Aunque las actrices, quienes dieron vida a las hermanas Phoebe y Prue Halliwell en la ficción inicialmente forzaron una estrecha relación y Shannen incluso fue una dama de honor en la boda de Alyssa con su ahora ex- esposo, Cinjuna Tate en 1999, su amistad fue cuesta abajo al filmar la tercera temporada. Se dijo que Shannen estaba celosa de la popularidad creciente de Milano y que no estaba contenta con la dirección en la que se dirigía la serie.
Milano incluso admitió que ella y Shannen sólo hablaban cuando lo necesitaban. “Hubo momentos en los que entraba y decía: ‘Buenos días, Shannen’, y ella no me decía nada, Y otros en los que ella entraba y decía: “Buenos días, Alyssa”, y yo no le diría nada”.
“Definitivamente no nos llevamos bien”, agregó Milano. “Shannen y yo somos personas muy diferentes”. Milano finalmente se cansó y les dio a los productores un ultimátum, pero la actriz insiste que eso nunca sucedió. “Ni siquiera pensé en hacer eso”, afirmó.
El estudio envió a un intermediario para tratar de aplacar la tensión, pero terminó siendo peor.
Después de que comenzaron a surgir rumores de que la disputa estaba causando que los productores se sintieran presionados a elegir entre ellas, Doherty finalmente dejó “Charmed” en 2001. Dicen que los guionistas prefirieron matar a su personaje por temor a que regresara.
“Se marchó de la forma más espantosa”, recordó Holly Marie Combs, “sin decir nada y comunicándolo a través de su abogado cuando terminó la tercera temporada. No se hace eso a alguien, especialmente a Aaron Spelling que ha creado los dos éxitos de tu carrera”.
“Hemos tenido una larga y próspera relación con Shannen y nunca quisimos retenerla de aquello que ella quería hacer”, dijo Spelling en el anuncio de la marcha de la actriz.
No obstante, Shannen tiene otra versión de los hechos. Afirmó que eligió abandonar el programa porque pensó que su talento se estaba desperdiciando en un programa “para niños de 12 años” y que el destino de su personaje no la tomó desprevenida. “La muerte de Prue no me sorprendió… fue algo que yo misma había pedido”, aseguró la actriz.
Años después ambas actrices hicieron las paces.
Milano, como muchas otras celebridades, se dirigió a redes sociales para enviar un mensaje de amor a su colega cuando se enteró que el cáncer de seno de Shannen, con el que luchó en el pasado, había regresado y ahora estaba en la etapa IV. “Te llevo cerca de mi corazón, Shannen”. Una reacción honesta que fue aplaudida por los seguidores de ambas actrices.
Breves matrimonios y problemas con la ley
Después vendrían años de papeles menores, dos desnudos para Playboy y diversos problemas con la ley, como cuando fue arrestada por conducir ebria en 2001. Inicialmente, la actriz estuvo a punto de ir a la cárcel por negarse a tomar una prueba de alcoholemia cuando fue detenida. Finalmente, logró cambiar la prisión por trabajo comunitario.
Dicho arresto no fue el primer roce de Doherty con la ley. En 1997, un juez de Beverly Hills le ordenó que asistiera a un curso para aprender a controlar su ira después de que rompiera una botella de cerveza en la ventana de un automóvil durante una discusión de tránsito.
Su vida profesional era turbulenta y sus amores seguían el mismo camino.
“Está fuera de control”, decía un número de junio de 1993 de la revista People donde habían publicado que los cinco meses que duró su compromiso con Dean Jay Factor, heredero del imperio de cosméticos Max Factor, culminaron en una orden de alejamiento contra la actriz después de que lo amenazara con un revólver.
La actriz tiene el récord en cuanto al número de matrimonios más breves en Hollywood. Ese mismo año, 1993, se casó con Ashley Hamilton, hijo del reconocido actor George Hamilton. Se divorció a los seis meses. En 2002 volvió a dar el “sí, quiero”, esta vez a Rick Salomon, conocido por su video sexual con Paris Hilton y por ser el ex marido de Pamela Anderson, pero su historia de amor quedó anulada oficialmente nueve meses después.
En 2011, encontró por fin la estabilidad emocional tras casarse con el fotógrafo Kurt Iswarienko, a quien conoció en 2008 mientras este aún estaba casado.
“No estoy lista para morir”
Con una enorme angustia, Shannen anunció el año pasado que le había regresado un agresivo cáncer que en 2017 creía controlado. Aquel cáncer de mama ahora expandido por su cuerpo y estaba en la avanzada fase IV. Entrevistada en el programa “Good Morning America”, la actriz compartió con el público el duro momento que estaba viviendo. “Mi cáncer ha vuelto y es por eso que estoy aquí”.
“No creo que lo haya procesado. Es un trago muy amargo en todos los sentidos”, dijo la intérprete, y agregó: “Estoy petrificada. Estoy bastante asustada. Tengo días en los que me pregunto: ‘¿por qué yo?’ Pero después pienso: ‘¿quién si no? ¿quién merece esto? Nadie’”.
Doherty sigue batallando la enfermedad y, a través de las redes, documenta su pelea. En declaraciones a la revista Elle, en la que fue franca sobre sus miedos y la manera en que transita su diágnostico, sentenció: “No estoy lista para morir. Tengo mucha vida en mí”.
En medio de este dolor e incertidumbre, la actriz contó que considera la posibilidad de comenzar a preparar algunos videos y cartas de despedida para sus seres queridos. “Hay cosas que necesito decirle a mi madre. Quiero que mi marido sepa lo que significa para mí. Pero cada vez que llega el momento de hacerlo, parece todo tan definitivo... Se siente como si estuvieras cerrando algo, rindiéndote, y yo no lo estoy”, declaró.
Su problema de salud tomó estado público en 2016 cuando demandó a la empresa que ejercía de representante y controlaba sus finanzas, y a la que culpó de la gravedad de su estado por no haber pagado su seguro médico el año en el que le apareció el cáncer.
Doherty se sometió a una masectomía, quimioterapia y radioterapia. Pero en 2019 los médicos le dieron la dura noticia. El demoledor diagnóstico llegó días antes de la repentina muerte de Luke Perry, su coestrella en “Beverly Hills, 90210”.
“¿Por qué no fui yo? Era tan raro para mí ser diagnosticada y que alguien que parecía sano se fuera antes. Fue realmente impactante y lo menos que pude hacer para honrarlo fue hacer ese programa “, dijo emocionada tras conocer la noticia.
Pero la actriz mantuvo en silencio su recaída mientras filmaba el reencuentro de “Beverly Hills, 90210”. De sus compañeros de elenco solo Brian Austin Green conocía la situación. Cuando decidió hacerlo público fue para dejar un importante mensaje: “Nuestra vida no termina cuando recibimos este diagnóstico. Todavía tenemos tiempo por vivir”.