Mbappé y Neymar, ¡vaya dos!

El francés marcó un doblete, el segundo de ellos un golazo tras jugada personal. Fue siempre una amenaza. Ney se exhibió y dio dos asistencias.

Jonás Pérez
As
El campeón estaba enfrente y los fantasmas de aquella inusual final de Lisboa, también. Neymar y Mbappé tenían ante sí un reto mayúsculo: confirmar que el proyecto del PSG está preparado para levantar la Champions. Y, además, era un obstáculo con mensaje: ¿se quedaría el francés si su equipo, un año más, se despide la máxima competición continental sin pena ni gloria? Lejos de conjeturas, los dos protagonistas de estas líneas demostraron ser capaces de todo. Recital mayúsculo de ambos. Ney dio dos asistencias y un recital en la conducción. Kylian sembró el caos, hizo dos goles y uno de ellos fue de hemeroteca. Resultado sensacional para la vuelta, en la que obligan al rival a marcar dos. Que tiemble el Bayern.

El sonido del himno de la Champions erizó la piel de ambos bajo la nieve de Múnich. Desde el banquillo tenían una orden clara de atacar espacios y no dudar en buscar las flaquezas del rival. A los dos minutos se llevó Flick la primera en la frente. Conduce Neymar, un perdido Sule no sabe bien cómo recular, se queda en zona de nadie y el brasileño se la filtra a su inseparable Mbappé. Algo nervioso el francés, le pegó a romper y cerca estuvo de no acabar dentro de la portería. Pero era el primero, que, por cierto, es el más tempranero que recibe el Bayern en Champions desde el año de 2010. Nada más arrancar y frente al coloso del continente...

Mbappé arrancó el partido como delantero centro, aunque muy móvil y cayendo por banda derecha para dejar espacios a la llegada de hombres en segunda línea. Con Neymar de mediapunta en el 4-2-3-1, tenía asegurado a un socio idóneo para lanzar contragolpes. Flick tuvo que reaccionar. Le pudo servir de referencia el gol anulado a Draxler en el 11'. En otra salida, Mbappé tiró un desmarque, recibió, encaró, desvió la atención de toda la defensa sobre sus botas y el balón, algo a trompicones, acabó en los pies del alemán. De nada sirvió que la empujara a la red, ya que en el inicio había fuera de juego.

Gráfico vía SofaScore.

El control del Bayern no ahuyenta a los lobos

El Bayern insistió en la batuta. Llegaba, con mucho peligro, y Keylor se autoproclamaba héroe. Era el guion que marcaba el destino del partido. Más con el primer gol. Pero el plan de Pochettino era precisamente ese. Sin Verratti la pelota era de los alemanes, sin discusión. El gol era otro debate. Mbappé volvió a recibir, rompió a Sule con suma facilidad y nadie llegó a su pase atrás. El francés juega a otro ritmo. 27 goles en 43 partidos es solo un dato más para avalarlo.

Neymar le quiso quitar la corona. De un córner provocado por Mbappé, salió una pelota repelida para el brasileño a 30 metros de la portería. El pase que le dio a Marquinhos no se vio ni en televisión, imaginen en el campo. Superó a toda la defensa del Bayern, que estaba saliendo. Fue preciso, exacto para el pie de su compatriota, que definió a placer. Los pocos operarios que ocupaban las bandas del Allianz Arena no daban crédito. Pese a la insistencia de los suyos, 0-2 con la firma de dos superestrellas.

Es entonces cuando Flick dijo basta. Metió a Davies por Goretzka y quitó al Sule, acribillado por todos los frentes, por Boateng. Al menos, un central fresco para frenar la sangría y más velocidad en ataque y también atrás. Entre medias, Choupo-Moting recortaba distancias. Mbappé y Neymar estaban de sobresaliente, pero un campeón es un campeón.

Golpe en la mesa

Asfixiado el PSG, recibió el empate y los presagios de que todo el esfuerzo había sido en balde. E incluso una sensación de rabia por el mano a mano errado por Neymar. Cómo no, gracias a Mbappé, que robó un balón, atrajo a los defensas y el rebote de su monólogo ante la zaga le quedó a su compañero y amigo, que no estuvo preciso ante Neuer. Los dos superhéroes también se visten de Clark Kent de vez en cuando. El '7' falló un mano a mano, aunque no saldrá en los resúmenes: era fuera de juego.

El mazo seguía golpeando el área de Keylor. Agobiaba ver la imágenes de la maquinaria bávara una y otra vez sobre la portería. Era una ocasión tras otra. ¿Qué hubiera pasado si hubieran tenido a los dos gigantes del París Saint Germain? Se lo preguntarían muchos cuando Mbappé pintó de obra de arte el tercer gol de los suyos. Se escoró a la izquierda para recibir de Di María. La jugada, en otros casos, no hubiera ido a ningún sitio. Con el pretendido por el Real Madrid, nunca se puede dar un veredicto así. Encaró, no tenía mucho espacio para tirar y todos esperaban que conectara con Neymar. Pues no. Engaño a Boateng y latigazo que dejó seco a Neuer. Una película de terror para el rey de Europa. ¿Habrá cambio en el trono?

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