Mbappé: un gigante está en semis

El francés no marcó, pero fue una amenaza constante para el Bayern de Múnich. Sus dos goles en la ida, decisivos. Junto a Neymar, el gran protagonista.

Jonás Pérez
As
Queda mucho por disfrutar de Neymar, Mbappé y compañía en esta Champions. El PSG cayó en un partido superlativo, de los de época. Pero le valió el resultado. Mbappé está de nuevo entre los cuatro mejores de la máxima competición continental y mérito no le falta. Además de sus dos goles en el partido de ida, el francés volvió a estar brillante en la vuelta. No marcó, pero de sus botas se crearon la gran mayoría de oportunidades que erró Ney, brillante aunque errático. Sí transformó el '7' un mano a mano que se anuló por escasos centímetros de fuera de juego. Un disgusto puntual que no traho consecuencias. Pochettino ha sacado la mejor versión del pretendido por el Real Madrid, que buscará levantar su primera Orejona. Poco más le falta a un chico de 22 años que ya ha hecho de todo en el fútbol. Y lo que está por venir.

De nuevo Pochettino le alineó como delantero centro, si bien a Mbappé no hace falta colocarle en una posición concreta. Como todos los grandes, es un alma libre, que viaja de izquierda a derecha, de derecha a izquierda. A los dos minutos, cayó por el costado diestro. Se la filtró Neymar, en el primer detalle de su posterior exhibición. Al francés le faltó compañía, no tenía apenas ángulo, no había referencia ofensiva y su disparo se paseó por el área pequeña. El PSG sabía que tenía que jugar a eso: recuperar, correr, explotar espacios y aprovechar el libre albedrío del ex del Mónaco.

Pese a hacer él la figura del '9', la profundidad de Neymar hizo que Kylian cayera más a la izquierda y que fuera el brasileño el que entraba por detrás al remate. Mbappé bailó por la izquierda a Pavard y le regaló un balón de gol a Ney. Su fiel compañero dio un recital, pero no estuvo acertado de cara a puerta. En esta ocasión, no pudo marcar. La caída del '7' a la izquierda no fue casual. Poco después, volvió a hacer estragos por allí. El Bayern, consciente de su potencial le hizo dobles marcas. Más libertad para sus acompañantes en ataque. Di María se equivocó en esta ocasión.

Una de las principales diferencias entre Neymar y Mbappé fue el campo abarcado. Pochettino era consciente de que necesitaba una salida limpia de pelota. El pelotazo largo acabaría frustrando y les encerraría en el área. Por ello, el brasileño sí bajó casi hasta la frontal de Keylor para colaborar en defensa y en jugar con tranquilidad las transiciones. Por el contrario, el francés se alejaba del bombardeo de los alemanes y esperaba que la recuperación le trajese una oportunidad. Y, desde luego, el PSG las tuvo para dar y tomar.

Fíjense si se conocen Mbappé y Neymar que a veces no les hace falta ni mirarse. Di María volvió a imaginar el espacio y le dio el balón al '7'. Ya eran habituales los dos contra uno con él. Y más que habitual, necesario. Claro que eso provoca que otros lleguen más liberados. Y ahí está la conexión. El francés no miró al área, pero sabía que su compañero llegaría en segunda línea. Ahí puso la pelota y Neuer salvó providencial lo que hubiera sido el primero de la noche.

Un gol castigo

Si en la Champions perdonas... El Bayern comenzaba a mostrar síntomas de desesperación. Boateng tuvo que arrollar con dureza a Mbappé para pararle. Por la izquierda, el francés era imparable. Y por lo que no es la izquierda. En otro contragolpe, naturaleza de los parisinos, el '7' le puso otro balón estelar a Neymar. Esta vez fue el palo el que evitó el mal mayor para los de Flick. Así de caprichoso es el fútbol. Merecía el PSG ir por delante y Choupo-Moting fue el que adelantó al campeón. Una primera mitad que dejó flaquezas del que iba ganando y frustración del caído. Pochettino seguía en semifinales, pero ya veía amenazada su posición.

Precisamente ese resultado favorable del PSG, obligó al Bayern a ir hacia arriba. Con el mismo libreto, los locales eran transiciones y genialidades individuales del trío calavera: Neymar, Di María y Mbappé. Así llegó una de sus ocasiones más claras. Conduce el '10', el '7' le pone una bola perfecta a Di María, que recorta y la pone para que Ney la empuje. No llegó por milímetros. Tocaba sufrir...

El comodín de Mbappé

El cronómetro apretaba y el Bayern ya sí que sí se asentó en el área de Keylor. Un evidente riesgo ante los tiburones. Mbappé marcaba el primero de la noche para los suyos, aunque la repetición reflejaba que había fuera de juego por centímetros. Era la sentencia, pero tocaría esperar. Solo un minuto después, los alemanes estaban algo mejor replegados y fue Lucas Hernández el encargado de solventar otra carrera de la estrella francesa. La zaga sufriría atrás... Sin embargo, el Bayern volcado era un comodín para Mbappé.

Finalmente, el buscado tanto de los pupilos de Flick no llegó. Una derrota que quizás no fue merecida para el PSG, pero que carece de importancia. Estaban en semifinales. Mbappé, si tenía dudas de la magnitud del proyecto, se le habrán despejado. Ya hizo semis con el Mónaco, pasó por doble decepción en octavos ya en su nuevo equipo y por una de las mayores decepciones de su carrera precisamente ante el Bayern en la final del año pasado. El mega proyecto vuelve a estar entre los cuatro mejores del continente. ¿Se despedirá el '7' de París con la Orejona?, ¿continuará si es campeón?, ¿cómo le afectaría otra decepción? Preguntas que pronto encontrarán respuesta. Por el momento, Kylian y Ney van lanzados a por otra finalísima.

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