Los hombres de las cavernas se privaban de oxígeno para entrar en un trance alucinógeno y hacer sus pinturas rupestres

Un estudio de la Universidad de Tel Aviv indica que los artistas prehistóricos inducían la hipoxia, produciendo altas cantidades de dopamina y accediendo a estados alterados de la conciencia

Al analizar las pinturas rupestres del período Paleolítico superior, de hace unos 40.000 a 14.000 años, los investigadores de la Universidad de Tel Aviv descubrieron que muchas estaban ubicadas en pasillos o pasajes estrechos en las profundidades de los sistemas de cuevas navegables solo con luz artificial.

El estudio se centra en cuevas decoradas en Europa, principalmente en España y Francia, y ofrece una explicación de por qué los pintores de cuevas elegirían decorar áreas en lo profundo de los sistemas de cuevas.

“Parece que la gente del Paleolítico Superior apenas usaba el interior de las cuevas profundas para las actividades domésticas diarias. Tales actividades se realizaban principalmente en sitios al aire libre, refugios rocosos o entradas a cuevas”, se lee en el estudio.

Escena de caza en arte rupestre (Europa Press)
Escena de caza en arte rupestre (Europa Press)

“Si bien las representaciones no se crearon únicamente en las partes profundas y oscuras de las cuevas, las imágenes en esos lugares son un aspecto muy impresionante de las representaciones de las cuevas y, por lo tanto, son el foco de este estudio”, continúan los autores.

Usar fuego para iluminar las cuevas habría reducido los niveles de oxígeno y conducido a un estado de hipoxia, que libera dopamina y puede provocar alucinaciones y experiencias extracorporales, dijo a CNN Ran Barkai, coautor y profesor de arqueología prehistórica.

Pintar en estas condiciones fue una elección consciente diseñada para ayudarlos a interactuar con el cosmos, agregó Barkai.

Se usaba para conectarse con las cosas”, agregó Barkai. “No lo llamamos arte rupestre. No es un museo”.

Pintura rupestre de 45.500 años en Indonesia (Europa Press)
Pintura rupestre de 45.500 años en Indonesia (Europa Press)

os pintores de cuevas pensaban en la pared rocosa como una membrana que conectaba su mundo con el inframundo, que creían que era un lugar de abundancia, explicó Barkai.

Las pinturas rupestres representan animales como mamuts, bisontes e íbices, y los expertos han debatido durante mucho tiempo su propósito.

Los investigadores argumentaron que las cuevas desempeñaron un papel importante en los sistemas de creencias del período Paleolítico superior y que las pinturas eran parte de esta relación.

“No fue la decoración lo que hizo que las cuevas fueran significativas, sino todo lo contrario: la importancia de las cuevas elegidas fue el motivo de su decoración”, se lee en el estudio.

La figura de un canguro de dos metros ha sido identificada como la pintura rupestre intacta más antigua de Australia, con una antigüedad estimada en 17.300 años, publica este lunes la revista científica Nature Human Behaviour. En la imagen, parte baja de la pintura en la que se encuentra el canguro de 17300 años (EFE/ Nature/Damien Finch)
La figura de un canguro de dos metros ha sido identificada como la pintura rupestre intacta más antigua de Australia, con una antigüedad estimada en 17.300 años, publica este lunes la revista científica Nature Human Behaviour. En la imagen, parte baja de la pintura en la que se encuentra el canguro de 17300 años (EFE/ Nature/Damien Finch)

Barkai también sugirió que las pinturas rupestres podrían haberse utilizado como parte de una especie de rito de iniciación, dada la evidencia de que había niños presentes.

Investigaciones adicionales examinarán por qué se llevó a los niños a estas áreas profundas de cuevas, así como también investigarán si las personas fueron capaces de desarrollar una resistencia a los niveles bajos de oxígeno, dijo Barkai.

El artículo fue publicado la semana pasada en la revista Time and Mind: The Journal of Archaeology, Consciousness and Culture.

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