Los clásicos: 10 años de la tormenta perfecta

Del 16 de abril al 3 de mayo de 2011 Real Madrid y Barça se cruzaron en cuatro partidos. La rivalidad degeneró hasta límites nunca vistos. El ambiente personal se envenenó

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El puto amo, la roja de Pepe, el pisotón, los 'por qué', el pique en el vestuario, la central lechera, los reproches y la enemistad. Todo sucedió en menos de tres semanas. Iban con las camisetas de Barcelona y Real Madrid. Parecían dos tribus urbanas, dos maneras de entender el juego, de plantarse en el campo y de mirarse a los ojos.


Con los prismáticos dos rivales íntimos, Guardiola y Mourinho, el toque y la furia. Cada centímetro de césped se convirtió en algo personal. Cada declaración ante un micrófono revolvía el menú del día. Sucedió en 2011, del 16 de abril al 3 de mayo. Se cumplen diez años de una colección de episodios eternos.

Ese calendario diabólico, diseñado por un coronel del morbo, reunió a Real Madrid y Barça cuatro veces en 18 días. Esperaban un partido de Liga, una final de Copa y unas semifinales de Champions, el guión perfecto para que reventaran los sismógrafos. Los amigos pasaron a enemigos, las sílabas llevaban dinamita y por el medio corría un balón que olía a napalm.

El contexto y la manita de Piqué

No sólo fueron partidos de fútbol. En esas cuatro citas, en esos 18 días, sucedieron tantos incidentes como en un lustro. Todo comprimido resultó irrespirable. En la hierba se litigaron todas las secciones posibles de la actualidad: deporte, asuntos internos e internacionales, violencia, justicia, corrupción y hasta racismo.

El contexto situaba a los clubes en posiciones opuestas. El Barça de Guardiola amenazaba con instalar una tiranía en el fútbol europeo. Había pulido la apuesta de Cruyff y le había sumado a Messi, que ya 'maradoneaba'. En 2011 con esa filosofía ya había conquistado una Champions y el famoso sextete de 2009.

El Madrid buscó en Mourinho el general que pudiera detener al gigante. Su última Champions databa de 2002 y la plantilla era un escaparate lujoso con Cristiano, Özil, Benzema, Xabi Alonso, Kaká, Di María etc. El cuerpo a cuerpo prometía, más cuando en noviembre en un partido de Liga en el Camp Nou el Barça aplastó por 5-0 al rival, gesta celebrada con Piqué y su manita.

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Si hubiese existido VAR los partidos habrían durado cien días. La posguerra, si es que la hubo, no fue sencilla. El ambiente quedó envenenado en la selección a un año de la Eurocopa de Ucrania y Polonia. Antes de entrar en ese comedor hay que contar todo por orden de aparición como en los repartos de las películas.

1) 16 DE ABRIL. PARTIDO DE LIGA (1-1)

El Barça visitaba el Bernabéu en una posición de privilegio con ocho puntos de ventaja sobre el rival. Para lo que luego sucedería el partido casi fue la despedida de un crucero. Los dos entrenadores tiraron de su academia. Mourinho apostó por Pepe como pivote junto a Xabi Alonso y Khedira. El partido estaba dibujado: posesión para los azulgrana (74%) y contras blancas con más tiros a puerta que el líder.

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El partido, trabado y sin flores, se rompió en el minuto 51 con la roja de Muñiz Fernández a Albiol por penalti a Villa. Messi transformó. El Barça se durmió y la entrada de Özil despertó al Madrid que igualó tras un penalti de Alves a Marcelo que no perdonó Cristiano. La Liga pintaba culé y empezaron las chinitas.

Mourinho, en rueda de prensa, se mostró "cansado de jugar siempre contra el Barça con uno menos. Es misión imposible". Xavi acusaba al rival de jugar "con balonazos largos". Casillas y Sergio Ramos acusaban a Piqué de decir en el túnel "españolitos, os hemos ganado vuestra Liga y ahora os vamos a ganar la Copa del Rey". El central negó aquello, pero Iker y Ramos lo sostuvieron.

2) 20 DE ABRIL. FINAL DE COPA DEL REY (0-1)

Mestalla fue el cerco de Stalingrado. Final de Copa y final e inicio de muchas facturas. Mourinho vuelve a apostar por Pepe de pivote, la huella digital de aquella tropa. El Madrid, más furioso que nunca, se apodera del partido en la primera parte, tanto que Pepe cabecea al poste de Pinto, el portero copero, antes del descanso.

Las costuras saltan en cada jugada. La primera gran trifulca se origina por un pisotón de Arbeloa a Villa con el balón en otra alambrada. Undiano es rodeado por cuatro, seis o diez jugadores en cada acción polémica. Un solo juez no basta para aquellas gamberradas propias del fútbol en blanco y negro de los años 60 y 70.

El vapor del vestuario sienta bien al Barça, que vuelve al partido y manda en la segunda mitad en la que Casillas evita goles de Iniesta y Messi. Undiano anula bien un gol por fuera de juego de Pedro. La prórroga es un hecho en un escenario de conflicto internacional.

En la primera parte de la prórroga un envío de Di María lo alcanza la cabeza de Cristiano en el techo del estadio. Es el único gol del partido. Pepe celebra la diana con un corte de mangas. Di María es expulsado a dos minutos del final. El Madrid conquista la Copa del Rey 18 años después.

Sergio Ramos dice que Mourinho "es el capitán del barco y vamos a muerte con él". Xavi apunta que el Barça fue "el único equipo que quería jugar al fútbol". Los dos entrenadores guardan las muñequeras de pinchos durante unos días. El Madrid se presenta en una Cibeles abarrotada de madrugada y a Ramos se le cae la Copa desde el autobús.

3) 27 DE ABRIL. SEMIFINAL DE CHAMPIONS, IDA (0-2)

El tornado llegó al Bernabéu como semifinal de Champions. Antes del viaje a Madrid, Guardiola, en un imprevisto giro de plan, habla del arbitraje de la final de Copa: "Por dos centímetros y con la excelente vista del asistente no pudimos ganar la Copa. Si pita un árbitro portugués el entrenador del Madrid será feliz". El caldo ya estaba hirviendo.

El "puto amo" de Guardiola

Un día antes del partido tocan ruedas de Prensa. Por la mañana inicia Mourinho el golpeo: "Entramos en una nueva era, un entrenador que critica el acierto del árbitro". Por la tarde, Guardiola se deja de filigranas: "En esta sala él es el puto jefe, el puto amo". Además señala que algunos medios apoyan al Madrid y los califica como una "central lechera". El entrenador reivindica que vienen de "un país tan pequeño". Los jugadores del Barça ovacionan a su entrenador cuando entra en el comedor para la cena.

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En el césped vietnamita los jugadores casi ni se miran al saludarse. No pita un portugués, arbitra el alemán Stark, considerado como el peor árbitro de la Bundesliga por los jugadores alemanes. Mourinho insiste con Pepe de pivote. El Madrid plantea un partido de 0-0. El Barça domina sin ocasiones claras.

Las trifulcas se suceden ante un árbitro enyesado. En especial, cada acción de Arbeloa (por su pisotón a Villa en Mestalla), que es perseguida por los azulgrana. En el descanso Keita y el defensa blanco se enzarzan antes de llegar al túnel. En el revoltijo, Pinto, que agarra a Chendo, delegado blanco, es expulsado.

Se abría el volcán de la segunda parte. En el minuto 51 Pepe entra en plancha ante un despeje de Dani Alves. El lateral se revuelca por el suelo, tanto que la accion parece una salvajada. Stark enseña tarjeta roja directa a Pepe ante el asombro de los jugadores locales. Las imágenes dejan en mal lugar la decisión arbitral.

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Mourinho aplaude con ironía y es expulsado. Se sienta en la grada, al filo del césped. Es el momento del Barça. Dos goles de Messi, el segundo tras una maniobra espectacular, dejan la eliminatoria con pintura azulgrana. No cabe una chispa más en el ambiente o sí.

El entrenador portugués pronuncia un alegato contra la UEFA y los árbitros que queda para la historia: "Si digo al árbitro o a la UEFA lo que siento termina mi carrera hoy. ¿Por qué? ¿Por qué Ovrebo, por qué Busacca, por qué De Bleeckere, por qué Stark? ¿Por qué, por qué?... No sé si es la publicidad de Unicef. Ellos tienen que llegar a la final y punto. ¿Por qué? Todos lo ven. A veces me da un poco de asco este mundo. Si hacemos un gol allí nos matarán otra vez. No tenemos ninguna posibilidad. ¿Por qué? ¿Por qué expulsa a Pepe?".

¿Por que Ovrebo? ¿Por qué Busacca? ¿Por qué De Bleeckere? ¿Por qué Stark? Guardiola ha ganado una Champions que a mí me daría vergüenza de ganarla

José Mourinho (Entrenador del Real Madrid)

En sus palabras disparó al palmarés de Guardiola. "Ha ganado una Champions que a mí me daría vergüenza de ganarla, la ganó con el escándalo de Stamford Bridge y esta la ganará con el escándalo del Bernabéu. Espero que un día tenga la oportunidad de ganar una Champions blanca sin escándalos por detrás". Guardiola no habló del árbitro ni respondió a Mourinho.

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El Madrid protestó ante la UEFA por unas imágenes en las que supuestamente Busquets ofendía de forma racista a Marcelo. El organismo desoyó esa reclamación y el Barça publicó un vídeo de apoyo al equipo con entradas en falta de jugadores del Madrid sobre los suyos.

4) 3 DE MAYO. SEMIFINAL DE CHAMPIONS, VUELTA (1-1)

Apenas una semana después, sin tiempo suficiente para hacer la digestión ante tanta lava, llegaba el partido de vuelta. La UEFA designó al belga De Bleeckere, uno de los señalados por Mourinho. Con el portugués en silencio, en la previa Karanka tomó la palabra ante la Prensa. "Algunos que usan insultos racistas jugarán, otros no", expresó el ayudante de Mourinho.

En un clima febril el Camp Nou acogía el último asalto de la refriega. Mourinho se quedó en el hotel para presenciar el encuentro ante la falta de acuerdo para encontrar un acomodo en el estadio. El Barça controló el partido sin problemas en la primera parte. Al inicio de la segunda mitad, De Bleeckere anuló un gol legal a Higuaín que suponía el 0-1. La ira blanca fue inútil. Pedro marcó el 1-0 y Marcelo igualó después. El Barça sacaba billete a Wembley.

La cocina del vestuario blanco estaba inflamada. Casillas alzó la voz: "Los árbitros nos han fusilado, nos han robado aquí y allí". Cristiano indicó que el partido era "Misión Imposible IV. Habrá que dejarles que jueguen solos". Karanka ironizó: "Nos dejaron acabar con once. Mou tenía razón".

En el lado azulgrana Guardiola saboreaba una victoria "sobre un equipo superfuerte, el más rico, el que tiene capacidad de pagar cláusulas de rescisión de entrenadores". Alves apuntó que "el Madrid no sabe perder. Están obsesionados con el Barça".

La 'posguerra'

No se decretó la paz, pero el calendario les separó hasta agosto, en la Supercopa con el dedo de Mourinho en el ojo de Tito Vilanova tras una tangana en la banda. Las grietas llegaron a la selección, en la que los dos grupos montaron una distancia social en la convivencia. Casillas habló con Xavi tras la mediación de Puyol y se calmó el asunto. España ganó la Euro de 2012.

Una década después, algunos protagonistas hablaron de aquellos terremotos. En 'Colgar las alas', el documental sobre la vida de Casillas en Movistar, Mourinho explica que su objetivo fue crear "mentalidad de guerra" en sus jugadores para frenar el juego del Barça. Casillas admite que se dio "una imagen lamentable. No estábamos preparados para vivir partidos así". Iniesta reconoce que en esos partidos "se perdió un poco la racionalidad, el norte".

La frialdad ha sustituido a la pasión desbocada de aquellos. Diez años han pasado en un suspiro. Los clásicos son eternos.

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