Laporte encuentra el premio

El central de Agen cabeceó a gol una jugada a balón parado para marcar su octavo tanto desde que llegó a Inglaterra. Desconexión total en el Tottenham.

Alberto Muñoz
As
Gritos. Abucheos. Celebraciones. Lamentos. Qué bonito es escuchar aficionados en un estadio, y quién iba a decir hace poco más de un año que se notarían tanto 8.000 personas en un templo de las magnitudes de Wembley. Al menos la mitad de ellos jalearon, como hacía mucho que no lo hacían, el cabezazo de Laporte en el 84 que servía para dar la Copa Carabao a los de Guardiola. Un triunfo, merecido sin discusión, que deja al Tottenham sin su primer título desde 2008 y que hace empatar al Manchester City con el Liverpool como el máximo ganador de este torneo.

La duda en la final no estuvo, en ningún momento, en si los citizens iban a adelantarse sino más bien en cuándo lo harían. Un acoso constante que ni Son, errático, ni Bale, en el banquillo de inicio, ni Kane, mermado físicamente, fueron capaces de contrarrestar. Y, cuando conseguían activarse en ataque y sacudirse el recital encabezado por Foden, Dias y Laporte cortaban cualquier contraataque de raíz.

La desesperación entre los spurs, que han vivido una semana durísima entre la crisis de la Superliga y la destitución de José Mourinho, fue tan evidente que incluso entre ellos se recriminaban cualquier error. La imagen de Hojbjerg abroncando a Reguilón por no alcanzar un melón que le había enviado y la reacción del ex del Real Madrid mordiéndose la lengua ejemplificaron perfectamente esa desconexión que existe dentro del vestuario.

Cuando ya parecía que la final se encaminaba a una prórroga que complicaba las cosas para el Manchester City, Laporte, que podía haber sido expulsado en la primera mitad con dos acciones merecedoras de tarjeta amarilla, cabeceó a gol una jugada a balón parado para marcar su octavo tanto desde que llegó a Inglaterra. Ninguno de ellos, por cierto, en el Etihad.

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