Juniors Boca
De la mano de los pibes del club, Boca demostró que puede jugar bien, ganó merecidamente contra un rival complicado y sumó confianza de cara al debut en la Copa.
Se sabe, en La Paz será distinto, muy difícil por el condicionante de la altura, pero es mejor llegar con confianza. Y si algo se llevó Boca de esta Bombonera que se le ha vuelto inhóspita en este 2021 es precisamente confianza. Individual y colectiva. Rossi tapó un par de bolas de partido, Buffarini puso la patita sin atender a la cuenta regresiva hacia su último día en el club, Licha López e Izquierdoz volvieron a ser la dupla central -como cuando Boca salió campeón-, los chicos le dieron una fluidez al juego como no se había visto en otros partidos del año, hubo dos golazos (el de Medina por la jugada, el de Villa por la definición)... A horas del inicio de la Copa, en un grupo que pinta bravo, es un buen síntoma que el equipo haya mostrado presencia, protagonismo, toques de jerarquía contra un rival que siempre merece respeto.
Pero sin dudas si algo le arrancó a Russo una sonrisa de sus impecables dientes de piano, fue la respuesta de los pibes, que transformaron aquel equipo anodino y previsible en una versión rejuvenecida y dinámica. Almendra es, parece, el eslabón perdido que se viene buscando no ya desde la época de Darwin pero sí al menos desde la proscripción de Pol Fernández. El le dio limpieza al traslado, velocidad a la pelota con sus toques de primera y le evitó a Tevez tener que bajar hasta la mitad en busca de la pelota -con el desgaste que eso implica y su consecuente ausencia en los últimos metros-. Habrá que ver los alcances de su lesión, pero lo de Almendra es una buena noticia a corto, mediano y largo plazo. Su socio Varela no es un 5 posicional ni que responda al estereotipo del volante central que adoran los hinchas de Boca, pero le dio al equipo una salida clarísima, primer pase seguro, compromiso en el armado. Y Medina, el tercero en concordia, terminó de concretar en 90 minutos todo lo que venía insinuando: su agresividad para pisar el área, su claridad conceptual, su calidad para definir con los ojos bien abiertos.
"Nos divertimos", llegó a decir Tevez después del partido. Palabras que parecen prohibidas en un club donde es más común ver gestos llenos de tensión que alegría genuina como la del festejo del gol de Soldano (¡cómo lo quieren!). Se sabe, a los chicos les gusta jugar. Más que Boca Juniors, esta vez fue Juniors Boca.