El Atlético endosó una goleada al Eibar en un
gran partido colectivo y con Correa en plan estrella. Marcos Llorente
también hizo doblete y Dembélé volvió a jugar.
Y
eso que hasta la media hora no sucedió nada en el Wanda Metropolitano.
Sopor. El Atlético apenas encontró huecos en el sistema defensivo del
Eibar, bien plantado en el campo, presionando la salida de balón y
haciéndolo con calma, tal y como reclamaba Dmitrovic a sus compañeros.
El equipo madrileño jugó con ese trote cochinero que tanto malestar
causa entre sus aficioandos. Es cierto que llegó un par de veces con
peligro, pero también que la ocasión más clara la tuvo el Eibar, con
colada de Pozo y posterior dejada que no alcanzó Kevin Rodrigues de
milagro. El equipo de Mendilibar tampoco se complicó: balones
aéreos a Kike García, quien se peleó con Savic, con Giménez, con
Herrera, con quien le saliera al paso...
El choque empezó a cambiar a partir de la media hora cuando el
Atlético entendió que no era un amistoso de pretemporada. Empezó a
aparecer Carrasco por la izquierda, también Lodi, y Marcos Llorente lo
hizo por la derecha. Herrera, falló e impreciso antes, tomó la batuta.
Avisó Carrasco con un disparo cuyo rechace mandó alto Llorente y también
el mexicano con un lanzamiento lejano. El partido comenzó a decidirse
en los últimos minutos del primer tiempo. Primero a balón parado.
Simeone y los suyos ensayan, ensayan y ensayan jugadas de estrategia en
los días previos de los partidos. Que si sacas al alto de allí, que si
prolongas allá.... Y por fin todo eso le dio premio al Atlético, con
dejada de Herrera y remate de listo y pillo de Correa. Pero lo mejor
estaba por llegar, con una jugada precisa y preciosa: balón largo de
Herrera al espacio, por donde Lodi crea peligro con campo por delante;
el lateral asistió a Carrasco quien metió el pase atrás para que Correa
hiciera lo que muchas veces, controlar el balón y orientarse para el
remate. Sucedió que en esta ocasión definió a lo grande, rasito, pegado
al palo... Golazo. Buena jugada colectiva y enorme Correa. Se abrazaron
todos en el Wanda Metropolitano. Todos sobre Angelito. Y los suplentes
también en la grada.
El argentino es un futbolista diferente, presto siempre a la pelea, siempre al frente, siempre intentándolo.... Si alguien merece en el Atlético el reconocimiento de los suyos es Correa.
El segundo tiempo se inició con unos minutos de gran juego
rojiblanco, un equipo que ya se había soltado y jugó sin nervios, con
confianza, deseoso de gustar y de gustarse. Todos participaron en la
fiesta. Savic lideró el 3-0. En vez de pegar el patadón se la dio a
Koke, quien habilitó a Saúl, cuyo pase al espacio para la carrera de
Carrasco fue magistral. Poco después fue Correa quien habiltió
al área y Marcos Llorente asistió rápido presto a encontarse de nuevo a
su cita con el gol. El Eibar ya sólo corrió detrás de su rival, superado
en todas sus líneas.
El Atlético había dejado atrás de un plumazo todos sus
problemas de cara a portería. Con el 4-0, Simeone ya pensó en el Huesca y
dejaron el campo Correa y Koke. Entraron Dembélé y Vitolo,
jugadores que deben dar un paso al frente. También lo hicieron Torreira,
Kondogbia y Felipe. Marcos Llorente selló una tarde redonda.