El país que da un día de fiesta por el perro Alabay
Es la raza nacional y el líder ha decidido otorgarle una jornada de celebración además de erigirle un monumento y escribirle una oda.
El presidente Gurbanguly Berdymukhamedov es una persona que coge mucho cariño u otorga una gran importancia a animales que destacan en la nación por algo fuera de lo común. Ya pasó con su caballo Akhla-Teke, una raza conocida por su velocidad y resistencia, y a la que el líder de la nación alaba.
Así, la intención del presidente es que el perro Alabay sea igual de conocido como el caballo. Por ello, su última decisión en este sentido ha sido la de decretar un día de fiesta en su honor, e incluso tuvo lugar un acto acompañado de una competición de 10 perros de la raza juzgados por la apariencia o la agilidad para encontrar al mejor. El ganador recibió una medalla y su cuidador un coche.
Las características del perro y su historia
La raza de perro nativa Alabay es la raza nacional. Tradicionalmente se ha encargado de proteger rebaños de ganado, aprovechando su tamaño, ya que es uno de los perros más grandes del mundo, además de pesar hasta 80 kilogramos.
Estos perros pastores tienen una gran tradición en el país. En el año 2007, otorgó el galardón mayor al coraje a un perro de servicio de la guardia fronteriza. Y desde entonces, al perro ya se le ha erigido un monumento en su honor y se le ha escrito una oda o composición poética, poco comparado con la novedad, que es el día festivo.
La estatua dorada fue construida el año pasado en una rotonda concurrida de la capital, con el perro pastor de Asia Central en el medio, destacando por delante del complejo de nuevos edificios que lo rodean. De unos 15 metros de altura, nueve del pedestal y otros seis de la estatua. A su alrededor, una pantalla con vídeos del perro.
El presidente, totalmente apasionado por el animal
Tanto perros como caballos son motivo de orgullo nacional en esta exrepública soviética limítrofe con Afganistán, ya que los pastores tradicionales del país suelen trabajar con ellos. En el año 2018, el presidente turkmeno lo declaró Año Nacional del Perro. También ha escrito un libro denominado El alabai turkmeno, durante unas vacaciones de verano.
Suele regalarles cachorros a los líderes que le visitan. Por ejemplo, en 2017 le regaló uno al mismísimo Vladimir Putin, presidente de Rusia, y después hizo lo propio con el primer ministro ruso, Dimitri Medvédev.
En 2019, ordenó a ocho de los principales bancos del país que financien a una empresa (12,5 % cada uno) para mejorar el pedigrí del Alabai. E incluso la exportación de ejemplares de pura raza se encuentra prohibida.