Del "estoy en camino" a "la maldita pelota": Durant, Green y la intrahistoria de una dinastía

 En el podcast 'The ETCs', ambos jugadores repasan su compleja relación, importante tanto en la llegada como en la salida del actual jugador de los Nets.

Albert Sancho
As
"He decidido que voy a unirme a los Golden State Warriors", escribía Kevin Durant el 4 de julio de 2016. Un movimiento destinado a consolidar la mayor dinastía de la NBA en los últimos tiempos. Uno de esos que no sólo cambian el guion de un par de temporadas, sino que pretenden reescribir la historia. Como el de Harden este curso, también con Durant como protagonista. Después de nueve temporadas en Oklahoma (ocho para ser exactos, ya que la primera aún fue en Seattle, bajo la denominación de SuperSonics), un MVP y cuatro cursos siendo el máximo anotador de la competición, KD ponía rumbo a California en busca de un anillo que se le negaba. Miami Heat, con LeBron a la cabeza, pero también con Dwyane Wade y Chris Bosh, dio un empujón que, por aquel entonces, nadie vaticinaba que sería el que se produciría desde lo más alto. Caída en la serie en cinco partidos, después de ganar el primero, y última y única vez que Durant pisaría unas Finales con los Thunder. Su último asalto, ante los propios Warriors, fue devastador: después de tres oportunidades para imponerse en las Finales de Conferencia, Thompson primero, con sus 11 triples, y Curry después finiquitaban todas las aspiraciones de anillo.

Eran los Warriors de los récords, los de las 73 victorias en temporada regular, y la hazaña se presentaba mayúscula, con una redundancia que hace honores a su dimensión. Pero estuvo ahí y, por ello mismo, dolió más. Sin embargo, los Stephen, Klay y compañía tampoco terminarían vistiendo ese anillo: LeBron, en las únicas finales que le ha ganado a Curry (3-1 en el cómputo global), volvía a ejercer de verdugo en esta historia. Fue entonces, en medio del dolor de la derrota, cuando Draymond Green, rival escasas semanas antes, recibía un mensaje claro de Kevin Durant: "Estoy en camino", pudo leer. Así lo ha revelado el aún jugador de Golden State, y confirmado el de Brooklyn, en el podcast The ETCs, en unas declaraciones que recoge Dan Feldman para NBC Sports.

Green, que nunca se ha caracterizado por morderse la lengua ante los medios, ya había asegurado, en entrevistas anteriores, la existencia de dicho mensaje; aunque Durant siempre lo negó. La razón, según explica ahora, se encuentra en que, en dichas ocasiones, Draymond había hablado de una llamada telefónica, un matiz en el que se escudó: "Había escuchado un par de historias al respecto, pero lo que intercambiamos fueron algunos mensajes de texto. Eso es realmente lo que era, hermano. No fue una llamada urgente de FaceTime. Fue exactamente lo que acabo de decir. Como, 'Oye, ¿ves lo que acaba de pasar? Muy bien, estoy en camino'", confiesa rebatiendo a Green en las formas, pero revelando la existencia del contenido, lo importante.

El cambio de los Thunder por los Warrios siempre ha estado rodeado de controversia, por aquel manto con el que se arropa a los supuestos caza anillos (allá cada uno). Sea más o menos ético, deportivamente hablando, Durant cumplió con su misión por partida doble y, además, siendo MVP en ambas Finales. Redención de sus intentos pasados, en los que, también asegura, puso a disposición de los Thunder toda su profesionalidad. En la serie contra Golden State, y su amigo Green, incluida: "Esto es para los fans de OKC. Pensaban que Dray y yo estábamos compartiendo nuestro tiempo libre durante las Finales de Conferencia. Cuando escuché eso pensé: '¿Qué diablos? ¿Quién creen que soy? ¿Crees que Draymond pasaría el rato conmigo durante las Finales en mi casa? Vamos, dejémonos de tonterías', manifiesta en el mismo podcast. La cuestión, sin embargo, tampoco gustó en su momento a varios de sus compañeros, tal y como desveló Adrian Wojnarowski (ESPN): "Sé que a Russell (Westbrook) le molestó, y a otros jugadores del equipo también. Se sabía que Draymond estuvo en contacto con Kevin (Durant) durante toda la temporada". Un hecho sobre el que no se ha pronunciado. Uno más dentro de una trama que ha dado mucho de sí y que, aún a día de hoy, sigue salpicando de vez en cuando. Continuará.

Principio y final

La relación entre Kevin Durant y Green ha sido muy poliédrica. Al parecer, a día de hoy, y por el propio tono en el podcast, se ha estabilizado; pero los altibajos han sido constantes y, sobre todo, fundamentales para entender los movimientos en la carrera del actual jugador de los Nets. Si su mensaje tras las finales de 2016 anticipaba una llegada a los Warriors que sería inminente, la discusión entre ambos jugadores en el 14º partido de temporada regular 2018-19 hacía evidentes unas tensiones que ya no desaparecerían en la Bahía. "Para mí, no fue un gran problema", explica ahora Draymond. "¿Tuvimos una mala discusión? Sí. Pero KD me maldecía todo el tiempo. Avanzó todo muy rápido, se fue acumulando, la cobertura de los medios a su alrededor, la suspensión, etc., solo empeoró. La mierda continuó enconándose y adquirió una vida propia por completo."

La erupción se produjo frente a los Clippers, en una jugada final que, con 106 a 106 en el marcador, permitía decantar definitivamente un duelo que se terminaría perdiendo; aunque las discrepancias sobre la pista ya tenían precedentes. "Salgo de la cancha y Durant grita: 'Dame la pelota'. Le miré y mi respuesta fue: 'Te la hubiera pasado si hubieras corrido'. Me siento y él está como dos o tres sillas más allá de mí. Golpea la silla junto a mí: 'Dije que me dieras la maldita pelota'. Fue entonces cuando pensé: 'Oye, que yo también estoy en esto", narra el propio Green.

Draymond capturó un rebote defensivo ante Durant e, inmediatamente, se dirigió hacia la canasta contraria hasta perder el balón. Draymond por los suelos y Kevin, en el otro lado, desesperándose. "Conseguí el balón y despegué por la cancha. KD está aplaudiendo. Estoy conduciendo y, en mi mente, KD está entrando para irnos a casa y pensar en el partido siguiente. Pero salio mal", recuerda ahora Green. "En mi mente, ese rebote era mío y, tras cruzar la pista, estoy disparando. Esa fue la desconexión. Eso fue todo. Quería el momento y Draymond lo vio de otra manera. Ese fue el choque. No corrí porque estaba como: 'Maldita sea, no tengo la pelota en mis manos ahora mismo '", Durant. Los dos puntos de vista sobre los hechos, diferentes, pero que convergen en señalar a la prensa y al entorno como culpables de lo que llegaría después: "Estaba irritado porque sabía que los buitres estaban a punto de comerse esta mierda. Sabía que lo usarían para tratar de dividirme y separarme del grupo. Esa fue la parte irritante porque sabía que iba a suceder", confiesa Durant. Intrahistoria de una relación, y de una dinastía.

Entradas populares