Zidane no cree en su banquillo
Ante el Celta hizo nada más que un cambio y ha agotado las sustituciones sólo cinco veces este curso. No suele agitar el árbol hasta que pasa una hora de partido al menos.
Una pequeña muestra de una realidad mucho más amplia: Zidane confía lo justo y necesario en los futbolistas de su banquillo. En una temporada con preparación física muy irregular (debido al coronavirus y lo tarde que finalizó el curso pasado) y plagada de lesiones, el marsellés no está ahorrando muchos esfuerzos a nadie (ni siquiera a los 'abuelos' del equipo, Modric y Ramos), está eligiendo a los once mejores para cada duelo y esperando que sean ellos los que saquen adelante la papeleta.
El Madrid ha disputado 38 partidos oficiales en lo que va de temporada y, de todos ellos, Zidane sólo ha agotado los cinco cambios (permitidos desde el parón por el coronavirus de 2020 para aligerar la carga física de los equipos después de un periodo tan grande de inactividad) en cinco ocasiones: ante Celta, Alavés, Huesca, Valencia y Cádiz. Perdió tres de esos cinco partidos, prueba de que Zidane terminó agitando el árbol por necesidad; no por convencimiento de que las caras nuevas podrían variar el rumbo.
En ocho partidos hizo cuatro cambios, en 20 realizó tres sustituciones, en tres ocasiones se quedó en dos reemplazos y sólo hizo un único cambio dos veces, contra el Sevilla en el Pizjuán (0-1) y ante el Celta en Balaídos. Promedia Zidane este curso 3,29 cambios por encuentro, es decir, un poco más de lo permitido antes del cambio de regla del curso pasado. O Zidane no le ve utilidad a dicha modificación o no ve aplicación viable entre sus pupilos, a día de hoy.
Los cambios, mínimo tras una hora
En Vigo, el banquillo se encontraba formado por los porteros Lunin y Altube y por Militao, Marcelo, Isco, Rodrygo, Asensio y Hugo Duro. Sólo el balear salió y, de hecho, sólo el balear hizo ejercicios de calentamiento. Pese a los apuros que atravesó el Madrid en la segunda parte, Zidane ni amagó con echar mano de Isco o Rodrygo, que sí han contado con ese papel de revulsivo en otros días.
Zidane pasa por ser un entrenador tendente al inmovilismo en lo que a los cambios se refiere: los hace bien entrado el segundo tiempo y rara vez varía con ellos el sistema, suelen tratarse de un cambio de cromos, hombre por hombre. El marsellés hace los cambios, en promedio, a los 68 minutos, aunque la media de sus primeras sustituciones en cada partido esta en los 65'; no intenta Zidane influir desde el banquillo hasta que pasa al menos una hora, normalmente (sin contar sustituciones provocadas por lesiones).