Verstappen se sale de las previsiones en Bahrein
El madrileño no remató en la última vuelta y saldrá octavo cuando aspiraba a la segunda fila. Pole del Red Bull delante de Mercedes. Alonso, 9º.
Delante, en ese último suspiro, se escaparon los que sí aspiraban a la primera fila. Gasly, quinto, pareció uno de ellos con un Alpha Tauri desencadenado. Charles plantó al SF21 en segunda línea, no está nada mal recordando las tinieblas de Ferrari en 2020. Pero los Mercedes estuvieron en otro planeta y Max Verstappen, simplemente, en otra dimensión: pole imponente del Red Bull con casi cuatro décimas de renta sobre Lewis Hamilton y más de medio segundo con respecto a Valtteri Bottas. El holandés es favorito, no hace falta repetirlo más veces. La superioridad del RB16B mostrada durante todo el fin de semana (Max ha liderado todas las sesiones) es total. Quién lo hubiera dicho hace unos cuantos meses, entre paseos y paseos del equipo de Toto Wolff. Quizás la Fórmula 1 ya no sea tan predecible como pareció.
Una Q3 inesperada para Alonso
Tras McLaren (Ricciardo pasó a Norris) y Sainz, un viejo conocido por todos que no tiene nada de viejo. Fernando Alonso estaba acabado por la mañana (algún atrevido lo pensó en el paddock), 15º en los entrenamientos libres, hasta que por la tarde metió al Alpine en la Q3 cuando el coche no puso mucho de su parte. Se clasificó noveno por delante del Aston Martin de Stroll. La vida sigue igual, el asturiano por encima de su monoplaza (Ocon cayó en la Q1 y partirá 16º). En su caso, el noveno sí es una alegría y tendrá que defenderlo en la carrera. El octavo de Sainz sabe a poco, saldrá a atacar este domingo.
Por lo demás, Checo Pérez cedió en Q2 con el Red Bull, nada que no le sucediera a los anteriores compañeros de Verstappen, y Alfa Romeo se estableció como primera fuerza entre los coches de la cola. Ahí se quedan los habituales, Williams y Haas (varios trompos de Mazepin), también Tsunoda (asustó en la Q1 con un vueltón, pero no hubo más). La decepción del día no fue Alpine, como se presumía, sino Vettel, que se sube al Aston Martin más o menos como aparcó el Ferrari del año pasado. Empezará 18º el GP de Bahréin, una carrera que se presume emocionante en todos los costados de la parrilla.