San Lorenzo: el día después de la goleada
Luego del 0-4 ante Central Córdoba, el Ciclón regresó este lunes a las prácticas. ¿Qué pasó? ¿Hubo charla? Se viene el clásico contra el Globo...
OléLo anímico sobre lo futbolístico. Ese concepto lo tiene claro Diego Dabove desde que llegó a San Lorenzo y lo repite casi que en cada aparición pública que tiene, como ocurrió el sábado, luego del 4-0 que le propinó Central Córdoba a su equipo.
Los últimos dos partidos dejaron preocupación, más allá de cuestiones tácticas o rendimientos individuales, porque no se vio rebeldía en sus jugadores. Algo de eso fue lo que dijo en el vestuario del Bidegain luego de la goleada de los santiagueños, aunque sin querer profundizar demasiado para que las pulsaciones a mil de todos podían llegar a jugar mala pasada y tampoco permitían hacer un análisis completo de lo ocurrido.
No es ninguna novedad que en la intimidad del plantel azulgrana hay problemas de arrastre, muy anteriores a la llegada de Dabove, quien apenas lleva poco más de dos meses en el cargo y disputó solo cuatro partidos oficiales. Por eso desde el primer día apuesta por lograr unidad y hacer estandarte aquello de lo pasado pisado…
En el corto período que lleva en Boedo no hubo escándalos que supo haber tiempo atrás, aunque las rispideces continúan. Los Romero son mirados de reojo por buena parte del grupo, los referentes históricos, Coloccini y Torrico, hoy están afuera por lesiones y entonces al plantel no le sobran caudillos.
El técnico apuntó eso en sus primeros días y la primera contratación fue Diego Braghieri, central experimentado, con alma de líder, y conocido de su ayudante Tino Ribonetto, con quien jugó en Central. Ahora llegó Yeison Gordillo, de basta experiencia en Colombia y que viene de ser el capitán de Deportes Tolima. ¿Estarán ahí los futuros pilares?
Lo cierto es que este lunes, antes de comenzar con la primera jornada de trabajo de la semana previa al clásico, Dabove volvió a hacer escuchar su voz. Palabras más, palabras menos, pidió que “se terminen las falsedades” y que era necesario “que todos tiren para el mismo lado”.
La conversación no fue en tono agresivo para nada y lógicamente tuvo sus condimentos futbolísticos para corregir errores que se vieron y no se pueden repetir. Lo que busca el cuerpo técnico es que los jugadores reaccionen y que lo que pasó en los últimos dos partidos no vuelva a pasar. Básicamente, que los problemas que puedan existir queden de la línea de cal para afuera y que el derby contra Huracán y los duelos del repechaje copero ante la U de Chile sean el punto de partido para cambiar la onda. ¿Podrá?