Ramos: el Madrid se impacienta
El club no está por la labor de mantener su oferta mucho más tiempo y quiere acelerar una respuesta definitiva del capitán. Sin ella, no puede trabajar en un fichaje alternativo.
Esta oferta de renovación, que comenzó siendo de dos años, se ha quedado en uno. El club blanco no ofrece más garantías que esa y empieza a adoptar a una visión más dura, intentando que Ramos mueva pieza en algún sentido u otro. El club blanco ve como pasan las fechas del calendario y eso le perjudica en operaciones paralelas que tenga que emprender si necesita finalmente un sustituto de altura. Sin ir más lejos, el favorito que es Alaba, que abrió públicamente hace dos semanas la puja por su fichaje al confirmar con luz y cámaras de televisión que se va del Bayern. Fichar al austriaco es un Kilimanjaro económico para el que el Madrid se tiene que pertrechar y la inmovilidad perjudica al club blanco en los turbulentos mares del mercado de fichajes. Lo mismo sucede con soluciones alternativas a Alaba, de Koundé a Pau Torres pasando por Koulibaly, que no son precisamente baratas. Ninguna de ellas baja de los 50 millones de euros en una economía, la del Madrid, con el cinturón muy apretado por la pandemia.
Fin a la inesperada 'tregua'
Pero ese casting sigue condicionado a la partida entre el Madrid y Ramos. Las negociaciones no han avanzado y la especie de tregua o descanso que se tomaron ambas partes, por el episodio de coronavirus que afectó a Florentino Pérez y la lesión de rodilla del defensa, con quirófano de por medio, está próxima a terminarse. El máximo dirigente madridista está repuesto y el capitán, próximo a su reaparición, que podría ser el próximo fin de semana contra el Elche, también va a poder tratar de manera definitiva su futuro como él quiere, estando activo y no desde la sala de recuperación.
Uno de los más interesados es Zidane. El francés empieza a estar realmente incómodo cuando se le pregunta por la renovación del capitán, algo que perturba una situación deportiva que no termina de ser boyante con dos títulos al limbo desde que empezó 2021, el pase a cuartos de la Champions aún por rematar y un trayecto a rebufo en LaLiga. El técnico galo viene insistiendo desde enero y más recientemente hace apenas una semana en que “tiene que resolverse lo antes posible”. Pero no hay ningún tipo de fumata, ni blanca ni negra. Y el Madrid empieza a impacientarse.