¿Qué es 'Kiricocho' y por qué se lo gritó el Sevilla a Haaland?

El portero entonó la palabra del 'gafe' contra Haaland. Este se la repitió pero no sabía ni que era. Todo nació con Bilardo en Estudiantes de La Plata.

Alberto P. Sierra
As
Ni 'Kiricocho' pudo salvar al Sevilla de Haaland este pasado martes en la Liga de Campeones. El noruego firmó un doblete con celebración polémica y un pique entre el Sevilla, especialmente Bono, y él a causa de los penaltis.

Cuando Haaland estaba a punto de pegar al balón en el primer penalti, tres 'Kiricocho' a todo volumen resonaron entre las gradas del Signal Iduna Park llegando a ser captados por los micrófonos de ambiente. El noruego, gafado por el uso de esta palabra, falló el penalti y también el rechace, en un mano a mano en el que Bono se impuso con un paradón. Después, mientras Haaland regresaba para defender, el portero se le acercó y tuvieron un intercambio de palabras.

Este grito y las posteriores palabras de Bono molestaron sobremanera a Haaland. El de Leeds, como captaron las cámaras, le devolvió el 'Kiricocho' a Bono antes de disparar su segundo penalti que si acabó en gol. Una vez vio el estrellado balón de la Champions dentro de la red, se fue corriendo hacia él y le celebró el gol realmente cerca. Contestando la provocación con más provocación.

Solo ellos saben que lindezas intercambiaron en las distancias largas pero, desde los once metros, solo los sevillistas sabían que era ese 'Kiricocho'. Haaland repitió por si acaso. "No tengo ni idea de lo que le grité, le dije lo mismo que me había dicho él. No sé qué significa", aseguró.

¿Qué significa 'Kiricocho'?

Kiricocho no es un término, es el apodo de un aficionado argentino de Estudiantes de la Plata que evolucionó por culpa de Bilardo hasta convertirse en una forma de tratar de gafar al rival cuando lanza penaltis.

Como bien narró David Mosquera en El Día Después de Movistar, Kiricocho era un aficionado habitual en los entrenamientos de Estudiantes de la Plata. Cada vez que aparecía, cuentan que algo malo ocurría. Normalmente, lesiones de los jugadores del conjunto platense.

Esta historia llegó a Carlos Salvador Bilardo, entrenador por entonces de la escuadra argentina, y decidió girar el foco del gafe de Kiricocho hacia sus rivales. El míster le encargó una tarea, recibir a todos los equipos visitantes para contagiarles a ellos su mala suerte. Estudiantes, ese año, salió campeón.

Años después llegaría a Sevilla y allí, ya se usaba como conjuro para 'mufar' al rival. Una magia inexplicable del fútbol que aún pervive y se extiende sin remedio por todos los equipos.


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