Porzingis coge el mando tras el apretón de los Spurs a Doncic
La buena defensa sobre Luka Doncic no lo fue, sin embargo, sobre Kristaps Porzingis. El letón fue la clave que buscaron los Mavs para ganar este partido.
El estéril triple-doble de Luka Doncic (22+12+12) tras volver del All-Star, donde fue con la segunda marcha metida siendo un Ferrari, tiene varias lecturas. Una es clara: no por ello vas a ganar, aunque te acerques al top-10 histórico en la materia o por muy abultado que sea tu número de rebotes. Se puede inflar. En su caso, en el tercer cuarto nada estaba decidido cuando lo consiguió. Fue un partido nada bueno del esloveno, sobre el que se trabajó a conciencia para desarmar al completo de su equipo. Popovich puso a Dejounte Murray, que no necesitó hacer un buen encuentro en ataque para ser importante para los suyos, sobre el esloveno. Menos de un 50% en tiros para él en su estadística. Murray le hubiera dejado en 1/9 en triples, una faceta en la que sigue sin progresar lo debido, si no fuera porque los jugadores superlativos como Doncic se buscan el espacio necesario cuando parece que están ya ahogados. Un regate fastuoso para dar un paso atrás, lanzar un triple y anotarlo fue lo que sentenció esta contienda y lo hizo el de los Mavs a falta de 1:41.
El veterano técnico de San Antonio destacó que la noche se les torció en la zona, perdiendo la batalla ahí, y para ello tuvo buena culpa Kristaps Porzingis. El letón fue la mejor muleta de Doncic e incluso el que tiró del carro en el peor momento. Fue de menos a más, metiendo tiros y dominando al no ver enfrente a LaMarcus Aldridge y terminó como mejor jugador de la noche. Está empezando a jugar bien de verdad y sólo así estos Mavericks tendrán la opción de dar sorpresas en las eliminatorias si llegan a ellas cuando llegue el mes de mayo.
Los primeros minutos fueron un bello intercambio de canastas, con ritmo y buenos pases. Prácticamente fueron dos errores de marca sobre Patty Mills, que enchufó dos triples, los que hicieron la diferencia al final del cuarto inicial. Se estaba castigando a Porzingis por un lado y buscando a Cauley-Stein por el otro, pero sin que ambas tendencias fueran especialmente importantes. La batalla en la zona lo terminaría siendo, pero en la segunda mitad.
Lonnie Walker hizo que el ritmo creciera. Los dos entrenadores, de lo mejor de la NBA, permanecieron con una rotación corta hasta el final y antes del descanso se intentó que el factor físico fuera también algo notable, con los Spurs queriendo correr para alcanzar una distancia más cómoda, pero ahí aguantó bien Dallas.
Al casi inmaculado juego de DeMar DeRozan se terminaría uniendo Porzingis, el hombre en el que se apoyaron los Mavericks para sacar una victoria que sabe muy bien. La diferencia de físico y calidad con los que defendían al pívot báltico valió, secando la producción de San Antonio cerca de los aros, para que incluso los locales pudieran acabar tranquilos una noche para encarrilar la segunda mitad de la temporada con todo abierto.