Por qué deberías tomar Paracetamol antes y después de la vacuna de AstraZeneca

El Ministerio de Sanidad considera que este medicamento puede reducir "significativamente" los frecuentes efectos adversos leves producidos por la vacuna.

Ana Beatriz Micó
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En la cuarta actualización estrategia de vacunación contra la COVID-19, publicada el pasado viernes, el Ministerio de Salud ha aconsejado tomar paracetamol antes y después de recibir la vacuna desarrollada por AstraZeneca y la Universidad de Oxford para paliar los comunes efectos secundarios que puede provocar.

El departamento dirigido por Carolina Darias revela que “se observan reacciones locales y sistémicas leves frecuentes tras la vacunación”. Para reducir estos efectos adversos, recomienda “utilizar dosis de 1 gramo de paracetamol previa a la vacunación, seguida de 1 gramo cada 6 horas durante las primeras 24 horas, lo que reduce significativamente el dolor local, la febrícula, los escalofríos, las mialgias, la cefalea y el malestar postvacunal, sin influir en la respuesta inmune”.

Respecto a las personas que padecen comorbilidades, como enfermedades cardiovasculares, enfermedades respiratorias o diabetes, que representaban el 39,3% del total de participantes en los ensayos clínicos, Sanidad afirma que “se observa que el perfil de seguridad es similar al de los otros participantes”, por lo que “no existen problemas de seguridad ni contraindicaciones para el uso de esta vacuna en personas con enfermedades o tratamientos concomitantes”. “Además, los datos de eficacia de la vacuna son similares en los participantes sin y con comorbilidades”, señala el documento.

Características de la vacuna

Disponible desde principios de febrero, la vacuna de AstraZeneca/Oxford es diferente a las desarrolladas por Pfizer/BioNTech y Moderna. Mientras los otros dos fármacos están basados en la molécula ARN mensajero, el Ministerio de Sanidad recuerda que este contiene un “vector no replicativo, un adenovirus, que contiene el material genético (ADN) que codifica para la producción de la proteína S de SARS-CoV-2”. Asimismo, a diferencia de ellas, no necesita unas condiciones especiales de conservación más allá de la temperatura de refrigeración. Puede conservarse al menos seis meses entre 2 y 8 grados.

Por otra parte, la vacuna requiere de dos dosis de 0,5 ml con una separación entre la administración de ambas dosis entre 10 y 12 semanas, “preferiblemente 12 semanas, pues se ha apreciado una eficacia más elevada”.

Una de las principales dudas que hay respecto al fármaco es que su efectividad, del 60-70% cuando se aplican las dos dosis, es mucho menor que la de las otras dos vacunas. Además, se recomienda solo para personas que tienen entre 18 y 55 años debido a que no se disponen datos suficientes en personas mayores de 55 años sobre su eficacia. De esta forma, “se continuará la utilización de todas las vacunas disponibles de manera simultánea, las vacunas de ARNm se administran en las poblaciones más vulnerables y con mayor riesgo de exposición y la vacuna de AstraZeneca se utiliza en personal sanitario y sociosanitario y en colectivos cuya función es esencial para el buen funcionamiento de la sociedad”, especifica Sanidad.

Pese al recelo que suscita en algunas personas, los resultados observado en Escocia sobre esta vacuna parecen respaldarla, ya que se asocia con una reducción del 94% en el riesgo de ingreso hospitalario.


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