Los Nets y los superequipos triunfadores y fracasados en la historia de la NBA

Juntar una constelación de estrellas, como han hecho los Nets ahora, no es nada nuevo. La historia demuestra que esta fórmula no siempre te asegura el éxito.

Fernando Faucha
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Con la llegada de LaMarcus Aldrige los Brooklyn Nets pueden poner sobre el parqué un quinteto entero con jugadores que han sido all star en algún momento de su carrera: Kyrie Irving, James Harden, Kevin Durant, Blake Griffin y LaMarcus Aldridge. Entre los cinco suman 40 participaciones en el partidos de las estrellas. Y aunque no todos estén en el momento cumbre de sus carreras, recitar la alineación seguro que causa escalofríos en sus rivales. Estos Nets son, sin duda, el último intento de una larga lista de superequipos que se han ido viendo a lo largo de los años en la NBA. El objetivo de todos ellos, como el de la franquicia neoyorkina, es llegar al anillo por el camino más corto posible. ¿Formar un superequipo te asegura ganar? No. Nada en la vida lo hace. Si no sería tan simple como juntar a los mejores jugadores posibles y sentarte a esperar el triunfo. Pero la realidad no funciona de esta manera y, aunque varios de estos experimentos acabaron en éxito, otras tentativas fueron fracasos sonados. Porque cuanto más potente parece tu proyecto y mayores son las espectativas, más grande puede ser el golpe que te des si te caes antes de lo esperado. Estos son algunos de los triunfos y fracasos logrados por eso que se ha venido a llamar superequipos.

Triunfadores

Philadelphia 76ers (1982-1986)

Aunque el fenómeno de los superequipos se relaciona con el baloncesto más moderno, hay algunos ejemplos de acumulación de talento en épocas pasadas. Una de las primeras más claras puede ser la de los Sixers en la década de los 80. La franquicia de Filadelfia venía de caer en las Finales de 1982 y a los tres futuros Hall of Famer Julius Erving, Bobby Jones y Maurice Cheeks se les unió Moses Malone, también futuro Hall of Famer y tres veces MVP de la liga. Malone llegaría diciendo que los Sixers iban a ser "fo, fo, fo" en playoffs, refiriéndose a que ganarían 4-0 todas las eliminatorias. Se equivocó... pero por poco. Se llevarían el título de 1983 con un balance de 12-1 y con el pívot como MVP de las Finales.

Los Angeles Lakers (1982-1989)

Los Lakers venían de ganar los títulos de 1980 y 1982 gracias a la pareja formada por Magic Johnson y Kareem Abdul-Jabbar, pero fue a partir de ese verano cuando se le puede considerar un superequipo gracias a la llegada de James Worthy. Los Lakers le eligieron en el número 1 del draft, a pesar de ser los campeones, gracias a un traspaso dos años atrás con los Cavaliers. Magic, Kareem y Worthy formaron uno de los mejores Big Three de la historia, con los dos primeros entre los diez mejores jugadores de siempre, pero con Worthy como una estrella deslumbrante, siete veces all star y MVP de las Finales de 1988. Ese sería el último de los tres títulos que ganarían juntos en una década en la que los Lakers dominaron más que nadie.

Boston Celtics (1983-1990)

SI los 80 fueron tan importantes para la NBA fue por la rivalidad entre Celtics y Lakers. Y lo más grande es que ambos formaron dos superequipos que se mantuvieron durante muchos años. En el caso de los de Boston, que ya contaban con su Big Three particular (Larry Bird, Kevin McHale y Robert Parish), añadieron a Dennis Johnson, MVP de las Finales en 1979. Los cuatro llegaron a cuatro finales consecutivas (84-87), ganando dos de ellas: 1984 y 1986. El cuarteto se mantuvo junto durante siete años, hasta 1990.

Chicago Bulls (1995-1998)

Los Bulls ya habían ganado su primer threepeat, pero con el primer retiro de Jordan todo había quedado en suspenso. La vuelta del astro apuntaba a un regreso de la dinastía, pero el equipo que estaba por ganar otros tres títulos consecutivos sumó un elemento que le hizo llegar a un nivel que no había tenido hasta entnces. Dennis Rodman, dos veces all star y dos veces mejor defensor de la liga, llegaba de San Antonio para meter varias marchas más en el juego defensivo. A pesar de ser un jugador muy cuestionado por su actitud fuera de las pistas (y a veces también dentro), en Chicago mostró su mejor faceta y fue la pieza perfecta con la que completar el dúo Jordan-Pippen.

Boston Celtics (2007-2012)

Los Celtics formaron el primer superequipo moderno. O al menos el primero que acabó en éxito. Pasaron de ser el peor récord de la liga en 2007 al mejor al año siguiente (66-16), para acabar ganando el anillo a Los Angeles Lakers. La definición ideal del resultado que cualquiera esperaría de un superequipo. Para ello sumó a un Paul Pierce en plenitud a dos armas temibles en dos traspasos que dejarn a liga boquiabierta. Ray Allen llegaba de los Sonics y Kevin Garnett de los Wolves. Este Big Three llegaría a otra final (2010) y sería una fuerza constante en playoffs hasta la marcha de Allen a los Heat en 2012.

Miami Heat (2010-2014)

Seguramente el superequipo más controvertido de la historia. La forma en la que LeBron James anunció su marcha a los Heat (el programa The Decision en directo en ESPN), los aficionados de los Cavaliers quemando sus camisetas, una gran parte del público celebrando la derrota ante los Mavericks en las Finales de 2011... Pero la entente con Dwyane Wade y Chris Bosh no iba a tardar en reportar beneficios. Dos anillos los dos siguientes años con dos MVP para LeBron. En total, los tres estuvieron juntos durante cuantro y en todos ellos llegaron a las Finales de la NBA.

Cleveland Cavaliers (2014-2017)

Otra vez LeBron en el centro de un superequipo. Esta vez volvió a casa tras su paso por Miami y ya oficialmente como el mejor jugador de la liga. En Cleveland se juntó con Kyrie Irving, rookie del año en 2012, y con Kevin Love, que llegó vía traspaso de Minnesota. Otro Big Three que en este caso duró tres años (hasta la marcha de Irving a Boston) y que también alcnazó las Finales todos los años que estuvo activo. Su gran logro, en 2016, al ganar el único título en la historia de los Cavs con una remontada nunca vista ante los Golden State Warriors.

Golden State Warriors (2016-2019)

Esa derrota en las Finales de 2016 fue el detonante del siguiente y último superequipo con un éxito rotundo en la NBA. Es cierto que antes de ese año los Warriors ya tenían un equipo súper, con Stephen Curry, Klay Thompson y Draymond Green logrando el título de 2015 y el mejor récord e la historia en temporada regular en 2016 (73-9). Pero fue la llegada de Kevin Durant la que les convirtió en un grupo imbatible. Juntaron a los tres últimos MVP de la liga (uno de Durant y dos de Curry) junto a un tirador letal como Thompson y un defensor inigualable con Green. Quizá el cuarteto más temible de la historia y una fuerza ofensiva nunca vista. Ganaron (cómo no iban a hacerlo) los títulos de 2017 y 2018. Se les escapó el de 2019 por las lesiones, aunque llegaron al sexto partido en las Finales ante los Raptors.

Fracasados

Orlando Magic (1993-1996)

Tras los años de rivalidad de Magic-Bird y el reinado de Jordan abruptamente cortado por su retirada, la NBA buscaba un nuevo rey. Y ese parecía estar en Florida. La fuerza de la naturaleza y el carisma de Shaquille O'Neal le convertían en el candidato perfecto a mediados de los 90, y los Magic aprovecharon para formar un superequipo a su alrededor. Penny Hardaway era la otra pieza fundamental, un anotador compulsivo y creador de juego que se adapataba a la perfección como complemento para el pívot. Aquel equipo tenía cara de campeón, pero no tuvo alma. En 1994 fueron barridos en primera ronda de playoffs y en 1995 llegaron a las Finales... para ser barridos de nuevo por los Rockets. En el 96, con Jordan de vuelta, su tiempo había acabado.

Houston Rockets (1998-1999)

Los Rockets ya venían de una importante decepción en los playoffs de 1998, así que fueron con todo a por Scottie Pippen, que se marchaba de unos Bulls desmantelados tras el segundo threepeat. El futuro Hall of Fame se unía a Hakeem Olajuwon y Charles Barkley para reverdecer laureles aún cercanos. La alineación sonaba como los ángeles, pero las piernas no acompañaban ya como en otras épocas y fueron precismente unos ángles, los Lakers, los que les atropellaron literalemente en la primera ronda de playoffs. Los Rockets tardarían cuatro años en volver a las eliminatorias por el título.

Los Angeles Lakers (2003-2004)

Otra alineación de ensueño, con Saquille O'Neal y Kobe Bryant a los mandos y las incorporaciones de Karl Malone y Gary Payton. Pero, otra vez, los dos últimos habían conocido tiempos mejores y los dos primeros estaban en un punto de no retorno en su relación. Además, las lesiones se cebaron ese año con el Big Four. Cuando llegaron a las Finales fueron un pelele a manos de unos Detroit Pistons con mucha más hambre de título y con la cabeza y las piernas en su sitio. O'Neal se iría traspasado a Miami, Payton a Boston y Malon se retiraría.

Los Angeles Lakers (2012-2013)

Los Lakers trataron de formar un equipo con el que dar a Bryant un sexto anillo, viendo que el escolta encaraba sus últimos años de carrera. A él y a Pau Gasol se unieron un Steve Nash ya veterano y Dwight Howard, la que se suponía auténtica nueva estrella del proyecto y futuro de la franquicia cuando se retirase Kobe. Pero la difícil relación entre ambos y la rotura del tendón de Aquiles del primero llevó a los Lakers a firmar su peor temporada regular desde 2007 y a ser eliminados sin contemplaciones por los Spurs en primera ronda. Howard abandonaría el equipo ese mismo verano como agente libre.

Brooklyn Nets (2013-14)

Los Nets ya saben los que es formar un superequipo y que salga todo mal. Aunque es cierto que en el caso que nos ocupa pintaba peor que ahora. Era su segundo año en Brooklyn y la franquicia decidió deshacerse de gran parte de su futuro cambiando algunos jugadores jóvenes con cierto potencial y unas cuantas rondas de draft por los que en su momento habían sido santo y seña de los exitosos Celtics: Paul Pierce y Kevin Garnett. Los dos se juntaban en Nueva York con Joe Johnson y Deron Williams, pero ninguno de ellos estaba ya en su mejor momento como deportista y la experiencia fue un fracaso estrepitoso. Aunque llegaron a playoffs y pasaron a segunda ronda, los Heat no hicieron prisioneros y los Nets tardaron años en reconstruir un proyecto competitivo.

Oklahoma City Thunder (2017-2018)

Tras la marcha de Kevin Durant en 2016 los Thunder se encontraban en una encrucijada. Tenían un equipo lo suficientemente sólido como para no dedicarse a perder, pero no tan bueno como para pelear por el título. Con el entonces MVP de la liga Russell Westbrook decidieron intentar lo segundo. Y para ello se hicieron con el cuatro veces all star Paul George en un traspaso y con Carmelo Anthony, once veces all star y uno de los mejores anotadores de siempre, como agente libre. De repente y sobre el papel, los Thunder parecían tener su propio Big Three. Pero la realidad se encargó de domostrar que no era así. El excaso entendimiento sobre la pista entre todos ellos les llevó a caer en primera ronda ante los Jazz. Carmelo sería traspasado a Atlanta ese mismo verano, dando fin al experimento.

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