Los Jazz ya no parecen tan fieros
Cuarta derrota en seis partidos para el equipo de Utah, que se topó en esta ocasión con unos Curry y Wiggins excelsos (60 puntos entre ambos).
Desde entonces sólo han podido ganar a Rockets y Magic, penúltimos de sus respectivas conferencias. Y han perdido con los consavidos Heat, unos Pelicans irregulares, unos Sixers con el segundo mejor récord de la NBA y, finalmente, hoy con unos Warriors que últimamentre van dando bandazos y que no parecen demasiado fiables. En general, porque hoy se han empleado a fondo, mostrando sus mejores galas, luciendo donde mejor pueden lucir y tumbando a un rival al que le cuesta descifrar los partidos. Hay que decir que los Warriors venían de su peor racha de derrotas de la temporada. Cuatro seguidas.
Stephen Curry, que venía de ganar el concurso de triples del All Star seguido de un 1/8 ante los Clippers, tuvo uno de esos días imparables. Acabó con un 6/9 desde el perímetro para firmar 32 puntos, además de 9 asistencias. El base se ha quedado a una sóla de batir el récord de pases de canastas de la franquicia californiana, que ostenta Guy Rodgers con 4.855. Junto a Curry, Andrew Wiggins sigue completando la que seguramente sea la mejor temporada de su carrera profesional, con 28 puntos y un 75% de acierto en el tiro... desde dentro y desde fuera. Y Draymond Green sigue haciendo... de Draymond Green. En el mejor sentido. 26º triple-doble para el ala-pívot (11+12+12, además de 4 robos). Quien también lució fue James Wiseman, que en Los Ángeles estuvo tres cuartos sin jugar por el protocolo anti-COVID. Esta vez, en 23 minutos le dio tiempo a meter 16 punos y 8 de los 11 lanzamientos que intentó.
En el bando contrario, Rudy Gobert firmó un partido monstruoso. 24 puntos y ¡28 rebotes! El mejor dato de su carrera. Sin embargo, y esto demuestra bien a las claras el nivel general de los de Salt Lake City hoy, el resto del equipo se quedó en 23. Un solo jugador cogió más rechaces que todos su compañeros juntos. Junto a Gobert, Donovan Mitchell fue el otro máximo anotador de su equipo, pero sus 24 tantos llegaron con un 38,9% de acierto. Y los 21 de Jordan Clarkson desde el banquillo con un 39,1%. Y entre los dos suman un +/- de -49. Una sangría que su equipo, que al principio del último cuarto hizo el último intento de asaltar el partido, pagó muy caro.