La carrera electoral de los conservadores alemanes se complica

Berlín, AS 
Actuar rápido para mantener el poder. Los conservadores alemanes de la canciller Angela Merkel tienen que pisar el acelerador de cara a las legislativas de septiembre, después del fracaso en dos comicios regionales que ha hecho tambalear su estrategia. Los resultados en las elecciones del domingo para renovar los parlamentos regionales de Baden-Wurtemberg y Renania-Palatinado, en el suroeste de Alemania, fueron los peores de la historia de los conservadores de la CDU.

Ya no es "seguro al 100%" que los conservadores mantengan el poder cuando Merkel se retire en septiembre, tras 16 años al frente del ejecutivo, advirtió el lunes Markus Söder, jefe del partido bávaro CSU, socio de la CDU. Estos resultados son una "señal de alarma", dijo.

La CDU obtuvo sólo 24,1 por ciento de los votos en Baden-Wurtemberg (27% en 2016), donde ganaron los Verdes, y en Renania-Palatinado consiguió 27,7 por ciento (31,8% en 2016), vencida por los socialdemócratas.

Un resultado calificado de "debacle" por el Spiegel y de "desastre" por Die Zeit.

Söder, favorito en los sondeos para reemplazar a Merkel, hizo un llamado a "la unidad" del campo conservador, que tendrá que "desarrollar perspectivas" más allá de la crisis del coronavirus, dijo, dándole prioridad a los temas ecológicos.  

"Tobogán"

La situación empezó a complicarse para los conservadores con los primeros problemas en la campaña de vacunación contra el coronavirus. Actualmente sólo recibió la primera dosis un poco más del 7 por ciento de la población alemana.

Berlín y las regiones se acusan mutuamente de estas modestas cifras y critican el número insuficiente de dosis y los complejos canales de distribución y de burocracia. 

La población quiere ya que se levanten las restricciones sanitarias, pero la puesta en marcha de gabinetes médicos para acelerar el ritmo de vacunación no se generalizará hasta mediados de abril.

Además, en una semana, tres diputados de la CDU y de la CSU, implicados en supuestos casos de corrupción, tuvieron que retirarse. 

Al principio de la pandemia, dos de ellos habrían aceptado comisiones para ser intermediarios entre fabricantes de mascarillas y poderes públicos.

Un tercer diputado es sospechoso de haber hecho campaña para Azerbaiyán a cambio de dinero.

"Esto no puede continuar así, tendría que estar claro para la CDU después de esta jornada de elecciones", afirma el semanario Spiegel, que se pregunta "hasta dónde el tobogán llevará al partido" de la canciller.

La cuestión del candidato

Para el periódico, es urgente que los conservadores aceleren su calendario, que prevé designar de aquí a finales de mayo al candidato que llevará los colores de la CDU/CSU en las elecciones legislativas.

Söder, que sigue manteniendo las dudas sobre sus planes, reafirmó el lunes que la decisión se tomaría "a su debido tiempo". 

Armin Laschet, recientemente elegido al frente de la CDU, espera convencer de que él es el mejor candidato, pero el líder de Baviera sigue favorito en los sondeos.

"Armin Laschet tiene que forjarse un nuevo papel público", estima el diario Die Welt.

El gran riesgo para el partido de Merkel, que gobierna con los socialdemócratas (SPD), es dejar de aparecer como una formación indispensable al frente del ejecutivo.

Las dos elecciones del domingo "demostraron que formar un gobierno sin la CDU es posible en Alemania", comenta satisfecho Olaf Scholz, ministro de Finanzas y candidato del SPD a la cancillería.

La CDU y la CSU cayeron a entre 30 y 33 por ciento en las intenciones de voto, su nivel antes de la pandemia, por delante de los ecologistas, cuyo objetivo es entrar en el próximo gobierno.

Sus carismáticos líderes, Robert Habeck et Annalena Baerbock, mantienen todas las opciones abiertas y no excluyen aliarse con los conservadores o formar una coalición con los socialdemócratas y los liberales del FDP. 

Los resultados en los comicios regionales muestran que "la gente está dispuesta a darnos responsabilidades y mandatos, a confiar en nosotros" en estos tiempos de crisis, dijo el lunes Habeck. 

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