Independiente: la máquina de Falcioni
El Rojo del Emperador reventó a goles a Sarmiento, sumó su quinta victoria al hilo y alcanzó a Vélez en la punta de la Zona 2. Imparable, el Diablo sueña...
OléLa reconstrucción de repente se transforma en ilusión. Independiente salió de su propia tormenta tan embravecido que pasó de ser un barco errante, sin rumbo y en una constante dinámica de agarrar el balde para sacar el agua, a un buque guerrero que navega con objetivos mucho más claros. Y es innegable que era cuestión de pegar un golpe de timón. O, mejor dicho, entregarle el mando a un capitán con experiencia y que la sabe lunga en pilotear hasta las peores crisis. Porque desde que Julio Falcioni tomó el control, el Rojo emparchó sus fisuras, domó al clima irrespirable y ahora confirmó que va en serio: aplastó 6-0 a Sarmiento en la mejor actuación en lo que va del ciclo del Emperador, se subió a la cima de la Zona 2 y sueña con más.
Después habrá qué analizar con mejor detalle qué tocó el DT para que prácticamente los mismos jugadores que hasta hace algunos meses eran criticados o resistidos, a ser los artífices de una racha que mete tanto miedo como sus tres delanteros contra el Verde. Y ellos mismos son, tal vez, el mejor ejemplo de resurgimiento. Dos que debieron buscar en sus exilios como Jonathan Menéndez y el Tucu Palacios (en Talleres y Newell's, respectivamente) hoy son los laderos que Silvio Romero necesitaba. Y entre los tres -un doblete cada uno- marcaron los tantos de una goleada que derrumba prejuicios y resistencias al proceso que se inició con JCF.
¿Defensivo? ¿Amarrete? Preguntale a Sciacqua si el Rojo es un equipo que no se anima... Porque si las cuatro victorias ante Patronato (1-0), Gimnasia (1-0), Newell's (2-1) y Villa Mitre (1-0, por Copa Argentina) no habían sido suficientes para los que, omitiendo el complicado punto de partida de la era Falcioni miden los méritos con una lupa exigente, la paliza del Diablo a su rival de este lunes debió haber terminado por conformarlos. Independiente mira a todos desde arriba en su Zona (tiene mejor diferencia de gol que Vélez) y luce cada vez más sólido.
Porque si bien la exhibición tuvo como protagonistas a sus delanteros (no es para menos), hubo una actuación de puntajes altos en todas las líneas. Lucas Romero, por caso, tuvo un nivel digno de sus compañeros del ataque y hasta fue fundamental para abrir el camino con un pelotazo-asistencia perfecto al Tucu. Después vinieron los golazos (el primero de Silvio fue una perla, con doble pared con Menéndez incluida) y una notable superioridad anímica, física y futbolística sobre el rival.
Y los números avalan a la incipiente ilusión en Avellaneda. Los de este torneo y las estadísticas históricas. Porque la última vez que el Rojo ganó por una diferencia de seis tantos en Primera fue en el 7-1 a Colón en el Apertura 2002, última estrella local del club. Además, no ganaba cinco al hilo desde 2015.
Sí, el mismo Independiente. El errante, el de la crisis eterna. Pero ahora, el de Falcioni.