Guedes 'silencia' al VAR

Un gol del portugués en el último suspiro da la victoria al Valencia en un derbi marcado por los dos penaltis que señaló Estrada Fernández, a instancias del VAR.

Conrado Valle
As
El fútbol es caprichoso y el derbi de Mestalla dará que hablar. Lo que el VAR le había dado al Villarreal en forma de penalti, el VAR se lo quitó con idéntico castigo. Y en el último suspiro del derbi, Gonçalo Guedes, a quien Gracia había indultado minutos antes, remató a los amarillos. El Valencia se llevó la victoria básicamente por la fe que tuvo hasta el final su colectivo, gracias a los goles Carlos Soler (86’) y del portugués (91’). Ahora sí se alejan del descenso. Tercera victoria consecutiva del Valencia como local. Todo lo contrario que el Villarreal, que sumó su quinta derrota en Liga y van ocho jornadas sin ganar. Ya se le fue la Champions y ahora también ve peligrar la Europa League.

Parecía que a este Valencia lo que le podía salir mal, le saldría peor, que tenía el sino del desdichado. Porque los de Gracia tenían el derbi relativamente bajo control, desde luego más que los de Unai. Con Álex Blanco y Wass imponiéndose a Foyth y Estupiñán y sin noticias de Gerard Moreno y menos aún de Alcácer. Los únicos peros que podían ponerle los ches a su velada eran las tarjetas que vieron Racic y Soler a la primera falta que cometieron, que les condicionaba en su careo con Parejo y Capoue y que les dejará fuera del derbi contra el Levante. Inclusive hasta esas amarillas podían interpretarse como síntoma de ímpetu, ese del que careció en Getafe, un querer morder al Villarreal aunque en esas acciones se pasaran de frenada.

Pero, de repente, Racic quedó tendido. El serbio se sintió mareado y como recientemente padeciera de vértigos, se quedó un rato en la banda a ver si mejoraba. Apenas fue un minuto y poco. Pero qué minuto y poco. Gerard Moreno, tipo listo, abrió a su banda izquierda porque intuía, como así fue, que Wass sin Racic se habría ido a tapar el centro y su lado estaría libre. Así fue. Por ahí llegó un centro que se convirtió en una doble ocasión, con Gayà y Gabriel Paulista evitando el gol bajo palos. Racic volvía al césped, el Valencia parecía que volvía a respirar… pero desde la sala VAR, Gil Manzano, cuya designación curiosamente había generado recelo por Vila-real, pedía la vez. En el origen de la ocasión, en un primer remate de Gerard Moreno de cabeza, el balón golpea en el brazo de Gayà, que estaba de espaldas. Estrada Fernández fue a ver la jugada en pantalla y la cosa terminó con el 15º gol de Gerard Moreno. Con el reglamento en la mano, penalti del fútbol moderno (aunque las imágenes que se vieron en la retransmisión no dejan claro en qué parte del brazo le dio el balón a Gayà); por la salud del fútbol de siempre, que revisen ciertas normas.

El Valencia llegaba al descanso por detrás en el marcador. Sin merecerlo, sí; pero también hasta dando las gracias de que su desventaja fuera solo de un gol, porque Alcácer estuvo cerca del segundo en el último suspiro de la primera mitad. Pero Emery, evidentemente, sabía que más allá del gol, su Villarreal no se estaba imponiendo. Así que durante el paso por los vestuarios hizo dos cambios. Trigueros y Pedraza entraron a escena y con ellos pasó del 4-4-2 a un 4-3-3. Gracia tardó algo más en agitar su árbol, aunque cierto es que menos que de costumbre. En su caso, indultando a Guedes, que no jugaba desde el día del Real Madrid (ese día tampoco es que lo hiciera), y dando entrada a Gameiro por Kang-in Lee, pasando a jugar con dos delanteros.

Al Valencia, a diferencia de otras veces, el golpe anímico del 0-1 no le sacó del partido. Los de Gracia seguían creyendo en sus opciones. Lo hicieron hasta el final. Pero el Villarreal ya no sentía tanto asedio. Con Trigueros sus salidas eran más fluidas y de hecho Cillessen acabó siendo más decisivo que Asenjo, quien peligro de verdad hasta el gol de penalti de Carlos Soler solo lo sintió en un remate de Wass al larguero y en otro de Gayà que se fue rozando el palo. El holandés, mientras, sacó bajo palos remates de Gerard, Trigueros y Bacca.

El Villarreal contaba ya los minutos para volver a dejar su portería a cero, le quedaban al partido poco más cinco más el añadido, y así llevarse 56 días después una victoria a la saca. Pero Moi calculó mal, Maxi anduvo pillo y Gil Manzano pidió otra vez la vez. Estrada fue a revisar de nuevo la jugada y la cosa acabó en el séptimo gol de Carlos Soler. Y cuando parecía que así acabaría el derbi, con un reparto de puntos y de polémicas del VAR, apareció Guedes, que demostró esa clase que tiene y que tan pocas veces se le ve.

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