El penúltimo del campeonato venció 1-2 al líder, el Lille, en un partido que confirmó las malas sensaciones de los de Galtier en las últimas semanas.
El Lille salió dormido en uno de los partidos más importantes de la temporada. Los norteños siguen siendo un equipo bastante frágil cuando se enfrentan a rivales que le ceden la posesión y le cierran los pasillos interiores. Hoy el Nîmes jugó en una especie de 6-3-1, con los extremos persiguiendo a los laterales y los laterales cerrados por dentro para evitar alguna recepción entre líneas.
El lento juego del Lille, incapaz de generar ventajas por dentro, provocaron que el Nîmes se fuera al descanso con ventaja. En el tramo final de la primera mitad, Ripart aprovechó una indecisión defensiva de los locales y batió a Maignan justo en el momento en el que el árbitro estaba prácticamente señalando el descanso.
El cambio de intensidad del Lille en el comienzo de la segunda parte contrastó con un Nîmes que poco a poco fue reculando hacia su propia portería. Xeka volvió a marcar en un córner botado por Bamba, pero el árbitro lo anuló por falta de Yilmaz. El turco también fue protagonista a la jugada siguiente, pero el VAR ratificó la decisión del colegiado de anularle el gol por un ligero fuera de juego.
Galtier no esperó y, además de la entrada de Araujo tras el descanso, ingresaron Yazici y Renato Sanches para intentar darle la vuelta a la tortilla. Sin embargo, el cambio no tuvo el impacto deseado, ya que el partido se siguió jugando lejos de la portería de Reynet y el Nîmes comenzó a creerse que podía llevarse los tres puntos del campo del líder. El árbitro anuló el tercer gol de la segunda mitad al Lille por una mano de Djaló en una jugada a balón parado en el tramo final del encuentro. Una victoria merecida para el Nîmes, que sale del descenso y deja al líder dependiendo de lo que suceda en el Lyon-PSG para seguir en lo alto de la clasificación.